Una librería extravagante en Venecia, una casa-goleta en La Spezia y un gozzo en Polignano a Mare, tres lugares insólitos donde se puede leer con vista al mar.
El mar con sus horizontes infinitos siempre ha estimulado el deseo de libertad e inspirado la creatividad de poetas y escritores, de cuya pluma han cobrado vida los relatos de intrépidos viajes por debajo y por encima de la superficie salobre. Después de todo, es bien sabido que leer un buen libro es un poco como derretir los picos de la mente y navegar en el mar abierto de la imaginación.
¿Pero hay lugares donde el mar y la tinta realmente se encuentran? ¿Dónde se mezcla el aroma de la madera de un barco con el de las páginas de papel? ¿Dónde es posible elegir nuestra próxima aventura inspirada en el sonido del mar de fondo?
Librería “Acqua alta” en Venecia
Se encuentra en el barrio de Castello, en la Calle Longa Santa Maria Formosa, cerca de San Marco.
Creada por Luigi Frizzo, la librería “Acqua Alta” es un lugar donde los libros no sólo habitan las estanterías de las paredes, sino que también encuentran un lugar en barcos con un encanto típicamente veneciano y bañeras, todo para protegerlos de la altura del agua, que más de una vez ha venido a visitar a los propietarios.
Aquí se pueden encontrar principalmente libros de segunda mano o agotados. Entre las secciones, una gran parte está reservada para la ciudad de Venecia, su historia y sus maravillas. Entre los rincones más fotografiados de la biblioteca, la escalera hecha con libros destinados a despulparse, que permite contemplar los canales venecianos.
El barco de papel en La Spezia
Se encuentra en Fezzano di Portovenere, en la provincia de La Spezia, donde tiene sede la goleta Oloferne, buque insignia de “La Nave di Carta”, asociación de promoción social fundada en 1998, que tiene como misión la difusión de la cultura del mar en todos sus aspectos: histórico, medioambiental y, obviamente, literario.
En la goleta romántica, junto a la tripulación, una verdadera biblioteca dedicada a los viajes por mar, siempre a disposición de los niños que participan en cruceros educativos. Entre lecturas a bordo, encuentros con escritores y una librería náutica abierta al público, a lo largo de los años se han llevado a cabo muchas iniciativas para acercar a niños y mayores el amor por la lectura y el mar.
Desde el año pasado, a pesar de que la goleta se vio obligada a amarrar durante el encierro por la emergencia del Covid-19, la asociación no se ha desanimado, de hecho también ha decidido dar vida a una editorial dedicada al mar, viajando a bordo de la goleta.
“La lectura, además de la cultura del mar, se aprende de niño y pensamos en combinar las dos. Los primeros títulos son: ‘La ballena que nadaba a lomos de su espalda’, una fábula para explicar la diferencia entre peces y cetáceos, y ‘El delfín mular que se creía miope’, que a través de las desventuras de un bebé delfín mular explica de qué se trata el biosonar de cetáceos. Estos y otros libros que estamos preparando se pueden adquirir tanto en librerías como a bordo: viajarán con nosotros para llegar a los lectores directamente desde el mar”, explica Marco Tibiletti, presidente de la asociación.
El producto de la venta de los libros se utilizará para apoyar las actividades de navegación solidarias y educativas de la asociación.
En Polignano a Mare se realiza “bookcrossing” en Gozzo
“La pesca fue rentable, los remos se convirtieron en alas y el mar se tiñó de luna. Detente, echa el ancla aquí. Leer, respirar, amar”. Acogido con estas palabras pintadas en el Carlino gozzo, que lleva el nombre del pescador que durante años lo utilizó para ir al mar, llegamos a Polignano a Mare, una famosa ciudad de Apulia en la provincia de Bari.
Aquí un viejo gozzo de madera, dividido en dos partes por los pescadores y tendido en un acantilado de la cala de Portalga, espera a sus clientes para un romántico bookcrossing, a pocos pasos del mar. “Detente, echa el ancla aquí”. Una invitación a tomarse un tiempo para sí mismo, a leer, a respirar y, por qué no, a soñar con volver a viajar. Por otro lado, Agustín de Hipponia también escribió: “El mundo es un libro y los que no viajan leen una sola página”.
Fuente Liguria Nautica