Desde hace unos días se observa con preocupación al río Paraná cuya bajante llega a niveles críticos, producto de la ausencia de lluvias en Brasil y en la parte alta de la cuenca paranaense. A pocos días de una posible llegada al nivel cero o menos de cero, los ambientalistas advierten sobre las consecuencias directas en el ecosistema y hasta en el servicio del agua.
Ya hace unos días se vieron los desmoronamientos de barrancas en la ribera en las islas, frente a Granadero Baigorria, producto de esta retracción del curso fluvial. Pero desde “El Paraná no se toca”, organización ecologista atenta a la realidad hídrica, consignaron las otras consecuencias menos visibles producto de la crisis hídrica: mueren miles de peces hacinados en el canal, los isleños quedan desconectados, y una hipotética consecuencia en el caudal de consumo para las ciudades de la costa.
El referente de la organización, Pablo Cantador, precisó al respecto: “Estamos más que preocupados, viendo que esto va a empeorar. Si miran los puertos más al norte en el Delta, todos están en baja, y Prefectura tomó una altura en Rosario de 0,18 metros. Las gráficas están mostrando que vamos a llegar al cero o debajo del cero en los próximos días, y puede llegar a haber problema de abastecimiento”.
Entonces explicó: “Si saliera de la toma original que había hasta el año pasado, estaríamos en problemas. Desde Aguas Argentinas con la primera bajante grande, se pusieron pontones con bombas para tener mejor toma de agua del río”.
Si bien coincidió en el diagnóstico que las causas fueron las faltantes de lluvias en el sur de Brasil, Cantador destacó que “esta sequía es producto de la deforestación que hubo hace tres años en el Amazonas”. “Todo tiene un impacto, el cambio climático, nuestra contaminación, las compuertas de Brasil y la falta de lluvias”, resaltó.
La bajante del río Paraná tiene consecuencias, y el ecologista precisó: “Los peces están siendo diezmados, todos los que había en lagunas y arroyos se centraron en el canal. Están todos amontonados en la zona central del río. El año pasado vimos cuando comenzó la bajante que cientos de miles de peces se terminaron pescando o se los llevó la bajante muertos. Entendemos que con la crisis económica aumentó la pesca, ya que no es toda pesca comercial regulada, muchos van a comercializar clandestinamente en toda la costa de Rosario”.
A esto agregó que “hay comunidades de la isla que están aisladas en este momento, porque se ingresaba por los canales, y no pueden pasar. A la altura de San Lorenzo y Puerto San Martín. Dejan las embarcaciones en el camino a sus viviendas y escuelas para llegar”.
Responsabilizó entonces a los gobiernos locales: “El Estado es parte de esto que sucede. El año pasado le pedimos que frene la exportación de los peces de río y no cambió nada. Los frigoríficos tanto de Santa Fe como de Entre Ríos siguen exportando los peces en plena crisis hídrica”.
Consultado sobre estas consecuencias, destacó que “los científicos hace años vienen advirtiendo que hay que cambiar los hábitos de consumo. Estamos viendo lo que advertían y no escuchaban del cambio climático. En grandes ciudades como Rosario los afluentes cloacales no se tratan, van directo al río, por lo que nosotros lo contaminamos constantemente”.
Sobre la crisis hídrica, finalmente recordó que la semana pasada pudo observar sobrevolando la isla: “Es impresionante que lo que antes se veía verde hoy está seco, y pensamos que cuando termine la helada, que seque más la materia vegetal, vuelvan a observarse los incendios y el río no subirá”.
El problema de las quemas que persisten
Hoy el humedal en la isla, según el referente de “El Paraná no se toca”, es una tierra no controlada desde el Estado, y las quemas de pastizales siguen siendo un flagelo. “Por ejemplo en la jurisdicción de Victoria no tiene embarcación ni vehículo alguno para ir a controlar si se enteran de alguna quema”.
En torno a este tema que preocupó a la sociedad gran parte del año pasado, Cantador fue consultado por la aclamada Ley de Humedales, que fue elevada a la Cámara de Diputados de la Nación, y aseguró: “La ley está en un cajón en Diputados y no se habló más del tema. Esperemos que esto suceda sin que pase lo mismo con las quemas que hubo el año pasado. Nosotros seguimos reclamando la Ley de Humedales, y se hace difícil cuando nos cierran las puertas nuestros propios representantes”.
Fuente: Mirador Provincial