Economista, periodista, docente y ahora capitán del velero K velara. A los 64 años, el amazónico Olímpio Guarany ya ha realizado varias misiones como profesional, pero fue recién en 2018 que dio los primeros pasos para hacer realidad un viejo sueño: navegar todo el río Amazonas, desde la desembocadura hasta el nacimiento.
Como buen perfeccionista y amante de la historia del país, Olímpio agregó un ingrediente memorable al viaje: repetirá la expedición del portugués Pedro Teixeira, quien en 1637 salió de Belém y ocho meses después llegó a Quito, Ecuador.
Ese fue el primer viaje río arriba. Antes que ella, conquistadores españoles, como Francisco de Orellena, ya habían recorrido el Amazonas en dirección al Atlántico. Renegado de la historia oficial, Pedro Teixeira fue responsable de la consagración de gran parte de la Amazonía a Brasil. También fue uno de los fundadores del Estado de Pará y se enfrentó a los holandeses, irlandeses, ingleses y franceses para mantener la soberanía de Portugal sobre las tierras amazónicas.
La historia
En ese momento, casi toda la región de la selva amazónica estaba escasamente poblada por portugueses o españoles. Hasta entonces, miles de indígenas vivían tranquilamente junto a los ríos o en los bosques. Hasta que el 28 de octubre de 1637, a instancias del gobernador local Jácome de Noronha, Pedro Teixeira fue a “conquistar” esta región en nombre de la corona portuguesa.
En teoría, esta región pertenecía a la corona española (sí, al principio Portugal “robó” el Amazonas a España), que luego reconoció la región a los luso-brasileños en el Tratado de Madrid de 1750.
Durante todo el recorrido de subida y bajada por el río más largo del planeta, que tardó más de dos años en completarse, Pedro Teixeira no pudo quejarse de la falta de mano de obra para manejarlo. Después de todo, había más de 1200 indígenas esclavizados a bordo de las numerosas canoas de la expedición. Dado que el río Amazonas nace en Ecuador y desemboca en Amapá, los indígenas se vieron obligados, en el camino hacia arriba, a remar contra los 6 nudos de la corriente del río.
Por otro lado, en su misión moderna, a bordo de un velero de 30 pies, Olímpio contará con la ayuda de velas e incluso de un motor, cuando sea necesario. El depósito de combustible de Kûara tiene una capacidad de 80 litros. Con poca información sobre el suministro en el camino, su comandante lleva una reserva de 120 litros; es decir, un tanque y medio más, por precaución.
Redescubrimiento del Amazonas
“He estado construyendo este sueño en mi cabeza durante 25 años, pero nunca tuve el valor de renunciar a todo para hacerlo realidad. Hasta que, en 2018, dije: ¡Basta! Yo lo haré, no tengo edad para esperar”, dice Olímpio riendo. Tomada la decisión, suspendió sus actividades como periodista y se lanzó de lleno al proyecto, con el objetivo de iniciar la expedición en 2020. Debido a la pandemia, el inicio, que sería en marzo, tuvo que posponerse para octubre del pasado año.
Antes de zarpar, Olímpio se puso en contacto con varias instituciones en busca de apoyo financiero e institucional. “La Marina, por ejemplo, fue la primera institución que busqué. Fui al Ministerio del Ambiente, a FUNAI y tuve la consolidación del proyecto. Hoy, el 80% de la financiación proviene de los patrocinadores y el 20% proviene de recursos propios”, explica.
Además, el marinero vio una forma de hacer su viaje aún más simbólico. “Si el Amazonas hoy pertenece a Brasil, fue gracias a la expedición de Pedro Teixeira. Entonces, una forma de salir de nuestra emblemática expedición es usar su nombre”, justifica Olímpio que zarpó con el velero K noara en Amapá, en la desembocadura del río Amazonas, el 12 de octubre de 2020, rumbo a Belém, posicionándose para la aventura. Fueron 282 millas navegadas en el tramo Macapá-Belém en 18 días.
A bordo de su velero, un Dufour Classic, Olímpio tenía la intención de ir a Quito, repitiendo la ruta del comandante portugués. “Lamentablemente, nuestro barco no va a llegar allí, ya que su calado no lo permite. Pero nos dirigimos al río Aguarico, en la confluencia con el río Napo, donde Pedro Teixeira plantó la bandera de Portugal y tomó posesión. De ahí tomamos un bote regional y nos dirigimos a Quito”, detalla el navegante amazónico.
“Además, nuestra expedición tiene una característica especial: la haremos con otra mirada y abordaremos aspectos socioeconómicos, ambientales y conflictivos de la región”, dice, quien producirá una serie de contenidos a lo largo del recorrido.
“Hacemos esta expedición para contemplar una serie de documentales que establecen comparaciones entre dos Amazonas: la que dejó Pedro Teixeira y la que encontraremos ahora”. Dentro de esta serie de documentales, se sumarán dos miniseries: una sobre la bioeconomía de la Amazonía y la otra sobre los desafíos de la navegación por los ríos de esta región.
“El Amazonas es tratado con falta de respeto. También los pueblos amazónicos y de la selva”, lamenta el comandante de la comandara K, que hace todo lo posible por no dejar en el olvido la historia de esta región.
Aparte de eso, refuerza lo importante que es para cada brasileño conocer la Amazonía, y lo principal: reconocer que tenemos que cambiar la forma en que tratamos este bioma. “Estudiar la riqueza de su biodiversidad es un desafío impuesto a la humanidad. Así como es fundamental contener la marcha de destrucción ambiental a la que está sometida y que se ha acelerado en los últimos 50 años”, defiende.
Según Olímpio, incluso con toda esta magnitud de vida, expectativas e intereses en torno a su destino, la Amazonía es todavía poco conocida en Brasil y en el mundo. Por eso, a través de esta expedición documentada, pretende, además de rendir homenaje a esta región, concienciar a todos de su importancia histórica y cultural para Brasil.
Acerca de su vida
Toda esta aventura tiene un significado aún mayor para Olímpio, quien, después de todo, nació en Parintins, a orillas del río Amazonas. “Cuando era niño, construía unos pequeños veleros y me divertía. Siempre he experimentado la emoción de navegar por el Amazonas”, dice el navegante, quien compró su primer velero en 1989, un Hobie Cat.
Desde que zarpó de Amapá, el 12 de octubre del año pasado, ha vivido su sueño de navegar y contar la historia del Amazonas. “En total, tenemos un plazo de doce meses y 11 mil kilómetros navegados. Pero, si es necesario, ampliaremos el plazo”, advierte. “Es bueno recordar que Pedro Teixeira tardó dos años en ir y volver”, bromea.
Para redescubrir la Amazonía, navegando por la ruta que dejó el comandante portugués en el siglo XVII, nadie mejor que Olímpio Guarany.
Fuente: Náutica Brasil