Los buques más grandes tienen la obligación de incorporar al menos un remolcador de asistencia a proa.
La crisis generada en el Canal de Suez por el bloqueo provocado por el carguero Ever Gavin tuvo en vilo al comercio mundial, con cientos de embarcaciones cargadas de mercancías aguardando a que se libere el paso tras siete días cerrado. Un incidente cuyas causas señalan al mal tiempo que azotaba a Egipto el pasado martes, cuando la embarcación, con bandera panameña, encalló quedando atrapado a lo ancho de toda la vía marítima.
Una de las medidas a las que obliga la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) es a que en el transcurso más estrecho de la vía, conocido como Corte Culebra, de 192 metros de ancho -menos, por tanto, que el Ever Gavin y que el máximo permitido para los cargueros que transitan esta infraestructura, fijado en 366 metros-, los buques más grandes tienen la obligación de incorporar al menos un remolcador de asistencia a proa por si se quedaran sin propulsión. Se trata de una exigencia que, en consecuencia, dificultaría que una embarcación quedara varada en esta zona.