El estadounidense American Magic alcanzó 98,7 km/h en la anterior edición y se espera que en Barcelona las velocidades aumenten del orden del 10%
Los seis veleros AC75 que competirán a partir del 22 de agosto en la disputa de la 37ª America’s Cup Barcelona 2024 son máquinas excepcionales, alardes de tecnología en todos los terrenos: diseño, materiales, componentes, soluciones… Y, naturalmente, como bólidos del mar que son, están tripulados por la élite mundial de especialistas del deporte de la vela, convertidos hoy en día en pilotos de altísima velocidad.
Los AC75, con sus 20,7 metros de eslora (longitud), se estrenaron en la 36ª edición de la Copa del América, en Auckland (Nueva Zelanda), en el 2021, donde el equipo local, el Team New Zealand, Defender del trofeo, como ahora, logró derrotar en la final a su desafiante, el italiano Luna Rossa Prada Pirelli, por siete victorias a tres.
Pero, pese a que es el mismo modelo de barco que entonces y a que todos los participantes en esta 37ª edición de Barcelona se han comprometido a que, si ganan, mantendrán el AC75 como velero de competición para la 38ª America’s Cup, lo cierto es que estos tres años han demostrado a qué velocidad avanza la tecnología hoy en día, gracias sobre todo a la capacidad de los ordenadores, al desarrollo de la informática y a la aplicación cada vez más habitual de la inteligencia artificial.
Si para la anterior edición Emirates Team New Zealand estimó que se necesitaron del orden de 100.000 horas para diseñar y construir su primer AC75, ahora la ejecución continua de simulaciones en superordenadores podría equivaler a un millón de horas laborables.
Naturalmente, el objetivo fundamental de tanta investigación es que los veleros despeguen del agua cuanto antes y alcancen la mayor velocidad posible, pues de lo que se trata es de ganar regatas. En 2021, la velocidad más alta registrada durante una prueba la estableció el American Magic estadounidense, que alcanzó los 53,31 nudos (98,7 km/h).
Ahora, el CEO de Emirates Team New Zealand, Grant Dalton, máximo responsable de la organización de la Copa del América en Barcelona, está convencido de que las velocidades en el campo de regatas de la capital catalana serán “más de un 10% superiores”, según anunció en una entrevista concedida a una emisora de radio de su país en el pasado mes de enero.
Para ello, la transformación de los AC75 desde la anterior edición de la Copa ha sido significativa. El peso del velero sin tripulación se ha reducido de 7.600 kg en 2021 a entre 6.160 y 6.200 kg en la actualidad. Y de los once tripulantes que navegaban a bordo en 2021 se ha pasado a ocho, con un peso total de entre 680 y 700 kg.
Además, no podrán llevar más de 40kg de equipo cada uno. Puede parecer mucho, pero, además de ropa y calzado, los tripulantes de estos barcos van equipados con un muy completo equipo de seguridad, que incluye casco, chaleco hinchable automático y bombona de aire individual en previsión de un accidente con vuelco que pueda dejarlos sumergidos.
Naturalmente, el objetivo fundamental de tanta investigación es que los veleros despeguen del agua cuanto antes y alcancen la mayor velocidad posible, pues de lo que se trata es de ganar regatas. En 2021, la velocidad más alta registrada durante una prueba la estableció el American Magic estadounidense, que alcanzó los 53,31 nudos (98,7 km/h).
Ahora, el CEO de Emirates Team New Zealand, Grant Dalton, máximo responsable de la organización de la Copa del América en Barcelona, está convencido de que las velocidades en el campo de regatas de la capital catalana serán “más de un 10% superiores”, según anunció en una entrevista concedida a una emisora de radio de su país en el pasado mes de enero.
Para ello, la transformación de los AC75 desde la anterior edición de la Copa ha sido significativa. El peso del velero sin tripulación se ha reducido de 7.600 kg en 2021 a entre 6.160 y 6.200 kg en la actualidad. Y de los once tripulantes que navegaban a bordo en 2021 se ha pasado a ocho, con un peso total de entre 680 y 700 kg.
Además, no podrán llevar más de 40kg de equipo cada uno. Puede parecer mucho, pero, además de ropa y calzado, los tripulantes de estos barcos van equipados con un muy completo equipo de seguridad, que incluye casco, chaleco hinchable automático y bombona de aire individual en previsión de un accidente con vuelco que pueda dejarlos sumergidos.
Fuente: La Vanguardia