El Orient Express Silenseas, de la legendaria empresa ferroviaria Orient Express, promete aventuras marítimas inigualables inspiradas en la edad de oro de la Riviera francesa
Más de un siglo después de la inauguración del lujoso tren que cruza Europa hasta Asia, la firma mítica Orient Express se abre a nuevas posibilidades de viaje. El velero Orient Express Silenseas será el más grande del mundo, con 220 metros de eslora y un tonelaje de 22.300 UMS. Un proyecto ambicioso muy en la línea de los icónicos trenes de Orient Express, que brindan a sus pasajeros la oportunidad de elevar la experiencia de viajar al lujo más exclusivo.
El Orient Express Silenseas se impulsará gracias al hidrógeno verde y contará con la ayuda del novedoso sistema de propulsión eólica SolidSail, que se sirve de tres enormes velas rígidas para impulsar el barco. Este revolucionario método de aprovechamiento de la energía del viento, junto al uso de combustible sostenible, harán del velero un referente y pionero para la navegación sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
“La innovación está en el corazón de este barco ultramoderno que revolucionará el mundo marítimo con nueva tecnología para afrontar los desafíos de sostenibilidad actuales”, afirma Sébastien Bazin, el presidente y director ejecutivo de Accor –el primer operador a nivel mundial de viajes y turismo y propietaria de Orient Express–. “Es un barco diseñado para hacer realidad los sueños, un escaparate de lo mejor del savoir-faire francés”.
El diseño y decoración del velero Silenseas, a cargo del arquitecto Maxime d’Angeac, se inspirará en la edad de oro de la Riviera francesa. Una época comprendida entre los años sesenta y los ochenta en la que la alegría de vivir y el refinamiento convivían en la Costa Azul, destino vacacional por excelencia de artistas, escritores, aristócratas y estrellas de cine.
Los pasajeros del velero más grande del mundo podrán alojarse en alguno de los 54 camarotes de 70 metros cuadrados que tendrá el Silenseas. O, para los más exiquisitos, en la suite presidencial de 1.415 metros cuadrados –que, a su vez, cuenta con una suite privada de 530 metros cuadrados–. Los viajeros también podrán darse un chapuzón en las dos piscinas del barco, comer en uno de sus dos restaurantes a bordo o tomarse una copa en el bar clandestino antes de adentrarse en la época dorada del turismo en el anfiteatro-cabaret.
Fuente: La Vanguardia