El AC40 neozelandés tuvo una gran caída en picado cuando navegaba a 40 nudos que causó daños estructurales con una grieta desde el estay de proa que desciende a lo largo del lado de estribor.
La carrera hacia la 37° Copa América sigue su curso y los equipos continúan realizando pruebas con sus AC40, que son claves para el diseño de los definitivos AC75 con los que se competirá en 2024 en Barcelona. Afinar es vital y para ello, en ocasiones, se deben poner al límite los barcos. El Emirates Team New Zealand ha sido el último gran ejemplo y en la última sesión de entrenamiento sufrió un accidente. La tripulación que estaba a bordo en ese momento, formada por Nathan Outteridge, Peter Burling, Blair Tuke y Andy Maloney, no sufrió daños.
Desde el equipo neozelandés advirtieron que fue un accidente inevitable porque las condiciones en el Golfo de Hauraki, Auckland, fueron complicadas, con un estado del mar moderado/agitado y es que mientras estaban entrando en una serie de trasluchadas a gran velocidad, casi 40 nudos, atraparon una ola en altura y se perdió el control. El AC40 tuvo una gran caída en picado y un vuelco sobre el costado de babor que causaron daños estructurales con una grieta desde el estay de proa que desciende a lo largo del lado de estribor.
Peter Burling explicó el incidente y no escondió que fue un “día realmente difícil para nosotros como equipo. Estábamos navegando hacia algunas olas y realmente empujando las cosas al extremo superior del espectro, pero obviamente tuvimos un buen choque en la parte posterior de una ola… una de las cosas agradables fue cómo logramos que el bote volviera a la base sin ningún problema. Todo el equipo en el agua hizo un trabajo increíble”.
En las últimas semanas, el Emirates Team New Zealand está tratando de intensificar las pruebas en su desarrollo y recopilación de datos para el diseño de su AC75. Este incidente sirve para “mejorar” y es que sucedió cuando el equipo estaba probando a navegar bajo el control de vuelo manual en el norte de la isla Waiheke con alrededor de 15-20 nudos de velocidad del viento y grandes olas. El impacto resultante de la presión del agua colapsó la cubierta de proa del AC40. La tripulación salió ilesa porque el mamparo hermético de donde ocurrió el daño mantuvo su integridad estructural, cumpliendo con éxito el propósito de seguridad y gracias a ello, también, el barco se pudo enderezar y ser remolcado de regreso a la base. “El barco nunca estuvo en peligro”, comentaron desde el equipo neozelandés.
El CEO de Emirates Team New Zealand, Grant Dalton, expuso que “parece que cuando el barco cayó en picado, que fue lo mejor que hicimos, la alta presión del agua y la carga lateral colapsaron la sección delantera de la cubierta causando el daño resultante en la proa. Los diseñadores están analizando los casos de carga del incidente y, aunque podría ser demasiado pronto para decirlo, es probable que necesitemos colocar otro marco de anillo en el área de la proa solo para fortalecerlo”. La innovación y aprendizaje es constante en Copa América y esto permitirá dar un paso adelante.
Fuente: https://as.com/