Así de iniciaba ayer Vendée Globe 2020, la regata en solitario alrededor del mundo.

La salida más solitaria de la Vendée Globe tiene en Didac Costa a uno de sus 33 protagonistas al recibir todo el cariño de los ciudadanos de Les Sables d’Olonne.

 

“¡Viva el bombero!”, decía una mujer mayor con batín desde el balcón de su casa al paso del vetusto ‘One Planet One Ocean’. Didac Costa no dejó de saludar a todo el mundo en el kilómetro de canal que le llevaba a la aventura. El catalán es más conocido en Francia que en España. Hoy ha dejado Les Sables d’Olonne recibiendo el cariño y el reconocimiento a su esfuerzo de los pocos privilegiados con balcones al canal que pudieron evitar el reconfinamiento al que la ciudad ha sido sometida hoy de 7 a 11 de la mañana. El bombero ha partido en su segunda Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas de 24.296 millas náuticas, 44,996 kilómetros. En nuestro país poca gente sabe de sus proezas y de sus esfuerzos por estar hoy en la línea de salida de la novena edición de la que probablemente es la regata más desafiante del calendario internacional.

Les Sables d’Olonne amaneció con niebla y desierta. Una localidad fantasma. Una ciudadanía triste porque su regata, la prueba de la que todos se sienten tan orgullosos en sus más de treinta años de historia, iba a zarpar hoy sin que ellos pudieran dar su aliento, uno a uno en un carrusel de más de dos horas, a los 33 regatistas participantes. En 2016 se estima que fueron más de 200.000 las personas que estuvieron presenciando en directo la partida.

La gente vivió ayer una salida muy diferente a las ocho anteriores. La foto más famosa siempre es la del canal que divide la ciudad a rebosar de gente viendo el pasar de los veleros partiendo hacia la gran aventura. Un regatista cada 4 minutos y así hasta completar los 33 veleros participantes. Pero casi nadie la pudo ver en directo, sólo los vecinos con ventanas al canal y las personas que portaban acreditación tenían libertad de caminar por la ciudad entre las 7 y las 11 de la mañana.

Ni el propio alcalde de la ciudad. Yannick Moreau ha decidido ser un ciudadano más y ha acatado con resignación y obediencia, aunque también con un punto de rabia, la ‘encarcelación’ casera de todos los vecinos de Les Sables d’Olonne. Una orden lanzada desde París les ha dejado sin poder participar en la regata de la que todos se sienten orgullosos. En su agenda de hoy había tres cosas: “Primero ir al centro de control de seguridad de la ciudad para ver que todo funcione bien. La segunda será pasar un momento por la zona mixta para apoyar a los regatistas. Y la tercera será irme a casa, sentarme en mi sofá, y ver la salida por televisión. Soy un ciudadano más y quiero ser solidario con toda la ciudad que llevaba cuatro años esperando el día de hoy”.

Ya en el agua la salida de los 33 barcos, seis de ellos tripulados por mujeres, se tuvo que retrasar debido a la niebla que invadió la costa de la región de La Vendée. Al final se dio a las 14.20 horas con 80 minutos de retraso para que la niebla no fastidiara más la fiesta de salida. Para 18 de los 33 era la primera vez que tomaban la línea de partida de la ya épica competición, pero para dos de ellos, Jean Le Cam y Alex Thompson, esta edición supone la quinta participación. Thompson, que lloraba cuando mostraba la bandera británica en su Hugo Boss, lo hace como uno de los candidatos al triunfo. Tiene ya ganas de romper la racha y de, por fin, ser el primer regatista no francés que gana esta regata. En la pasada edición quedó segundo por detrás de Armel Le Cléac’h con su Banque Populaire. Le Cam lo hace con un barco de 13 años el Yes we Cam y con la expectativa de volver a terminar en una regata en la que su mayor éxito fue la segunda plaza en la edición de 2004.

Entre las mujeres Sam Davies es la que más opciones tiene de estar entre los mejores. La británica fue cuarta en la edición de 2008 y aquí con el Initiatives-Couer busca un puesto en el olimpo. Será su tercer participación en la Vendée aunque tiene una amplísima experiencia en regatas oceánicas.

Sólo en la segunda edición de la Vendée se empleó más tiempo que en la anterior. Fueron 110 días. En la pasada Le Cléac’h la terminó en 74 días. Las cábalas dicen que el primero puede estar de vuelta en el puerto de Les Sables sobre el 18 de enero. 70 días. Costa se conformaría con llegar un mes más tarde del primero ya que su objetivo es llegar antes que en la anterior edición en la que empleó 108 días.

Unas horas antes de la partida, en la zona mixta de la regata, Didac Costa explicaba: “Es muy emocionante poder estar aquí de nuevo. Por poder salir después del esfuerzo que hemos tenido que hacer en los últimos meses. Ahora siento nervios y ya tengo muchas ganas de salir a navegar, quedarme solo en el barco y hacerlo bien. He dormido un poco esta noche, no mucho… En las últimas horas he repasado la meteo y el protocolo de la salida que es un poco complejo con todo lo relacionado con los barcos de asistencia. También hemos trabajado en el barco para que todo esté listo. Me acuerdo ahora de mucha gente que me ha ayudado a poder estar aquí. Y, sobre todo, de Pep Costa que ha sido el manager del proyecto y que ha hecho lo imposible porque todos hayamos podido estar aquí”.

Esta es una regata de historias como dice Markus Hutchinson el que fuera jefe de prensa de la 32 Copa América en Valencia y que ahora es el Project Manager del Linkedout de Thomas Ruyant. Para el irlandés en la Vendée Globe hay tres ganadores que se llevan toda la atención: “El que llega primero, el que llega el último y el que tiene la mejor historia que contar”. Y por ejemplo la suya, la de su equipo, ya que el dueño de su proyecto, el empresario Alexandre Fayeulle, ha decidido no poner el nombre de su compañía de ciberseguridad Advens y darle todo el protagonismo a una ONG que apoya la inserción laboral de la gente más necesitada. O como Damien Seguin que será el primer regatista discapacitado en la regata (le falta la mano izquierda) con su barco Groupe Apicil. Sin duda en cada uno de los barcos que hicieron el desfile por el canal hay una o varias historias que contar.

Fuente: Nauta 360

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