VIAJE AL CORAZÓN DE LA PUGLIA ITALIANA

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7 de mayo de 2020

Que Italia fascina a todo turista que decida recorrerla no es novedad, no por nada “la bota” es uno de los países que más turismo recibe. En esta oportunidad recorreremos una de sus regiones más desconocidas: la Puglia, llena de secretos por descubrir, naturaleza, arte, cultura y gastronomía. El taco de la Bota no defraudará a quien lo visite.

Se trata de una península bañada por dos mares, el Jónico y el Adriático y se divide en 6 provincias: Bari (su capital), Barletta-Andria-Trani, Brindisi, Foggia, Lecce y Tarento. Es la región más oriental de Italia.

Invitados por “Puglia Promozione” y ENIT Buenos Aires pasamos una semana en la región descubriendo algunos de sus rincones más deslumbrantes y en esta nota los compartimos con vos.

VIESTE

Para los amantes de la naturaleza y la aventura la Puglia nos ofrece la Península del Gargano, zona montañosa llena de bosques de pinos y robles, y a lo largo de la costa encontramos pequeños pueblos blancos bañados por el mar. Su capital, Vieste es una atractiva ciudad balnearia sobre el Adriático, que se sienta encima de las playas más espectaculares de la zona.

Allí los amantes del mar, no pueden dejar de disfrutar un paseo en barco, desde su pequeño puerto salen excursiones todos los días. Asombrosas vistas de la ciudad, antiquísimos faros, torres de vigilancia y los llamativos “Trabucos” son algunos de los atractivos que el recorrido ofrece. Los Trabucos son antiguas máquinas pesqueras que consisten en una plataforma anclada a la roca que se adentra en el mar, muy típicas de la zona. Pero las grandes estrellas del paseo son, sin duda, las grutas Marinas, estrechas entradas en la roca dan lugar a tesoros marinos que sorprenden y deslumbran a los visitantes, a lo largo del recorrido se visitan varias grutas y playas paradisíacas. En época estival se realizan paradas para disfrutar de un “chapuzón” en las cristalinas aguas del Adriático.

ALBEROBELLO

En el corazón de la región, en el valle de Itria, se encuentra uno de los pueblitos más pintorescos y singulares de Italia: Alberobello. Lo que hace de esta pequeña ciudad un lugar mágico son los Trullos; su centro histórico está constituido íntegramente por estas particulares casitas medievales de piedra caliza y techos cónicos, caminar entre sus calles es volver a la infancia y soñar estar en un verdadero pueblo de duendes y hadas.

Estas construcciones son tan únicas que están protegidas como patrimonio de la Humanidad desde 1996. La zona más visitada es el barrio Rione Monti, sus estrechas y empinadas callejuelas nos invitan a admirar los Trullos, a caminar sin rumbo, a visitar museos y negocios de artesanías y a disfrutar de gastronomía típica servida en la terraza de un Trullo. Sobre la cumbre del Rione Monti se encuentra la iglesia de San Antonio, también ella con forma de trullo.

Otro lugar al que vale la pena acercarse es al vecino Locorotondo, un tranquilo y encantador pueblo de construcciones de piedra blanca, desde cuya plaza se disfruta de una espléndida vista del valle.

BARI

Bari es la atractiva capital de la región, después de Nápoles la ciudad más importante del sur de Italia, una gran urbe donde conviven de forma armoniosa lo antiguo y lo moderno.

Floreció en tiempos de los Romanos, que intuyeron su magnífica posición para el tráfico comercial con el Oriente, fue justamente esto la que la llevo a ser disputada por Lombardos Bizantinos y Sarracenos en el Medioevo y conquistada por los Musulmanes en el siglo IX. Tuvo un gran desarrollo como centro religioso, después de la construcción de la basílica de San Nicolás. Este templo, el más famoso de la ciudad, fue construido entre el siglo XI y XII, para albergar las reliquias de San Nicolás, traídas desde Myra. Los bareses sienten por él auténtica devoción y celebran cada mes de mayo fiestas en su honor, rememorando el día en que las reliquias llegaron a la ciudad.

Pasear por el casco antiguo es un verdadero viaje al pasado, es uno de los centros medievales mejor conservados de Italia con sus calles y callejuelas laberínticas donde todavía se puede escuchar hablar el antiguo dialecto Barese y contemplar la elaboración artesanal de la típica pasta Orecchiette.

Bari es una ciudad costera por excelencia y el mar su gran protagonista, de allí la importancia del Lungomare, un paseo marítimo obligado para todo visitante de la ciudad, al igual que su famosa playa “Pane e Pomodoro”.

También cuenta con una parte nueva. La Avenida Vittorio Emanuele es la frontera entre ciudad vieja y la ciudad moderna, en la que se encuentra El Teatro Petruzzelli, un auténtico palacio de la opera. Denominada por algunos”La Milán del Sur” por su actividad comercial y marítima, cuenta con elegantes tiendas y cafeterías donde la vida transcurre a un ritmo mucho más apresurado.

La ciudad ejerce de base para visitar otros atractivos de la región. Por la costa del Adriático hacia el norte destaca el pueblo fortificado de GIOVINAZZO donde el sol caliente resplandece en sus construcciones de piedra blanca con ventanales verdes que contrastan con el cielo azul profundo. Calles solitarias, bancos de plaza con vista al mar y las heladerías abiertas invitan a degustar un verdadero gelatto italiano. Mientras que hacia el sur sorprende POLIGNANO MARE, un encantador pueblito pesquero que se levanta sobre un acantilado que el mar perfora lentamente, desde donde los más osados realizan saltos, apropiándose del mar azul, sintiendo la adrenalina que sólo los arriesgados pueden disfrutar

TRANI

Uno de esos lugares para dejarse llevar es Trani. Vistas del puerto con sus rústicas barcazas, pescadores ofreciendo la pesca del día, el casco antiguo que nos lleva en un abrir y cerrar de ojos al pasado, la tranquilidad de su gente, calles de piedras que brillan, el aroma de las flores y la brisa marina, se conjugan mágicamente para que el visitante se rinda ante los cautivadores encantos de esta ciudad, coronada con su majestuosa catedral construida a orillas del mar, que data del siglo XII y es uno de los lugares más emblemáticos de la Puglia.

MARTINA FRANCA

La Basílica de San Martino está situada en el corazón de la ciudad vieja de Martina Franca, se alza blanca e inmaculada, rodeada de comercios y cantinas, comienza a asomarse el estilo barroco sobre piedra. La calle también blanca aún se encuentra caliente por el sol al atardecer, lo que invita a sentarse en uno de los antiguos bares a degustar un aperitivo, acompañado de quesos y olivas de la región, mientras los pueblerinos desfilan rumbo a la basílica para presenciar la misa diaria.

GASTRONOMIA

La Cocina Pugliese se caracteriza principalmente por la importancia que se le da a la materia prima, la tierra y el mar, y por el hecho de que todos los ingredientes están destinados a mejorar y preservar los aromas de los productos básicos utilizados.

Como buena cultura mediterránea de tradiciones humildes y sencillas, la cocina de Puglia se mantiene fiel a los productos de estación, especialmente en el uso de verduras y hortalizas. Al ser una tierra que se extiende paralela al mar, se destacan la presencia de pescados y mariscos en muchos de sus platos tradicionales. La región está salpicada de localidades costeras que todavía mantienen su tradición de pueblos de pescadores cuya identidad se refleja en la cocina. El plato más típico es el Orecchiette al ragu, su aceite de Oliva es famoso por ser unos de los mejores del mundo y el queso cacciocavallo es el preferido de la región.

Luego de una semana dejamos la Puglia con la sensación de haber disfrutado de una Italia desconocida pero a la vez muy auténtica, con raíces profundas, donde los paisajes forma parte de la vida de sus habitantes quienes respetan su cultura e idiosincrasia que parece estar detenida en el tiempo, donde la paz reina a toda hora, donde las abuelas siguen amasando la pasta en tablones sentadas en la calle y donde los mediodías bajo el sol parecen no tener fin.