Velas inflables Michelin

Michelín calcula que se podría reducir hasta un 20% las emisiones de CO2 de los grandes buques mercantes

En los antiguos veleros podría estar la clave para reducir parte de la contaminación de los océanos. Así lo cree, al menos, la empresa de neumáticos Michelín que está trabajando en el desarrollo de unas velas hinchables. Calcula que si se instalan en los barcos a motor podrían reducir un 20% las emisiones de CO2.

En realidad, el sistema no es muy diferente al que ya utilizaban los veleros cuando hace varios siglos surcaban los océanos. Aunque en el siglo XXI se han modificado los materiales para hacerlas más manejables y eficientes. Desde la compañía las comparan con su icónico muñeco: también se hinchan y al tacto resultan muy similares.

Son velas que ocupan unos 100 metros cuadrados cuando se despliegan. Esto permite a los buques aprovechar también la fuerza del viento como «fuente de propulsión gratuita». «Es más parecida al ala de un avión», explica Hugo Ureta, director de Relaciones Institucionales de la compañía. El sistema está totalmente automatizado y se puede plegar en pocos minutos en caso de necesidad. Además, gracias a un mástil telescópico flexible no tiene problemas para pasar por debajo de los puentes y la maniobra para entrar a puerto es más sencilla que con las velas tradicionales.

El proyecto, que se ha bautizado como WISAMO se echará muy pronto a la mar. Ya están trabajando para instalar un primer prototipo en el ‘Pelican’, un buque mercante de la naviera Compagnie Maritime Nantaise que está operado por Brittany Ferries. El barco transporta dos veces a la semana contenedores entre el puerto de Bilbao, en España, y el de Pole en Gran Bretaña. El objetivo es ver si s repiten los resultados del laboratorio en condiciones reales de navegación y, sobre todo, «probar cómo se adaptan las velas a las condiciones del mar Cantábrico», explica Ureta.

La previsión es que la botadura del primer barco con velas inflables se realice antes de que termine el año. Si los resultados son positivos este mecanismo, que la compañía ha bautizado con el nombre de WISAMO, se podrá acoplar a cualquier tipo de embarcación, incluso a las de recreo. Permitirán además, avanzar en la descarbonización del océano. «Hay muchos proyectos en el transporte terrestre o ferrocarril, pero casi ninguno en el transporte marítimo», añade Ureta, a pesar de que el transporte marítimo es uno de los más contaminantes. Un barco mercante consume unas 300 toneladas de fuel al día, con las velas inflables desplegadas podría ahorrar hasta un 20% del combustible.

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