Se recibieron de Maestros Mayores de Obra en lo que era la escuela Secundaria Industrial de Paraná en 1977, y tras 40 años decidieron reunirse para cumplir un sueño que se fue gestando entre el grupo de amigos que nunca dejaron de verse: organizar una regata para llegar hasta Rosario con el impulso de la vela de la embarcación y de las ganas.
En este marco, Tito de la Torre acotó: “Uno vuelve a rememorar lo que pasó en aquella época. Por ahí hay cosas que ya no las tenemos muy presentes, y al juntarnos y contar anécdotas de lo que hicimos, de zonceras de aquella edad, seguro volverán a nuestra memoria para divertirnos. Tenemos las mejores expectativas para este viaje; disfrutarlo, pero siendo serios y responsables para que sea un momento agradable de reunión”. Frente a la pregunta sobre qué recordaban de aquella época, todos estallaron en una carcajada y aseguraron: “Es difícil acordarse, fue hace tanto”. No obstante, alguien indicó con nostalgia: “Algunas escapadas, las veces que no íbamos a la escuela para irnos a otro lado”. Duarte expresó que cuando le comentaron a sus familias este anhelo, todos estuvieron de acuerdo y los alentaron: “La familia de cada uno nos apoyó en esto y están todos muy contentos. Después de haber estado junto a nuestros hijos, ellos mismos son lo que nos impulsaron a esto”. Los flamantes amigos refirieron que la de ellos fue la última promoción de la escuela que funcionaba en calle Corrientes, al lado de la exfábrica de fósforos que en algún momento se convertirá en shopping. “Fuimos la última camada que se recibió en esa escuela, a la que después trasladaron a avenida Ramírez, donde funciona actualmente. Hace 40 años que terminamos y terminó con nosotros esa escuelita”, sostuvo por su parte Malatesta.
Por último, Duarte destacó que en los tiempos de su adolescencia se reunían, todos conocieron a los padres de todos, iban a alguna casa después de la escuela o los fines de semana. “Nuestra forma de relacionarnos no era por WhatsApp ni mensaje de texto, sino cara a cara. Y eso le recomendamos a los jóvenes de hoy: que se identifiquen con ese vínculo, que es mucho mejor tener un amigo con quien hablar de frente que hablar con un teléfono. Lo que compartís con un amigo dura toda la vida”, concluyó el capitán del barco que avanza con viento en popa, visiblemente emocionado.
Fuente: Uno Entre Ríos