Augusto Robert, referente del sector, aseguró que se sienten vulnerables ante las embarcaciones a motor. y reclaman por una navegación segura. Piden regulación de velocidades en el río y sostienen que “nadie respeta al otro”
La conformación del parque náutico rosarino vienen sufriendo una fuerte trasformación den las últimas décadas. Los datos más actuales se refieren al 2020 y sostienen que en toda la franja del río de la ciudad de Rosario y sus alrededores, unas 30 mil embarcaciones son alojadas en 15 clubes y en 16 guarderías náuticas. Se trata de un universo muy diverso, donde conviven 6.100 lanchas, 7.500 yates y unos 15 mil kayaks, estos últimos de gran crecimiento y de los cuales no hay un número consistente ya que muchos de ellos se guardan en domicilios particulares.
Augusto Robert, referente de la actividad náutica local y miembro de la Multisectorial de Deportes Náuticos, dialogó con Cecilia Casabonne aire de Sí 98.9 sobre los inconvenientes que sufren diariamente quienes transitan el río en pequeñas embarcaciones, situación que derivo en accidentes fatales debido al mal uso que suelen hacer quienes tienen lanchas a motor o embarcaciones de gran porte.
“Mucha gente accedió a la lancha a motor de golpe, trasladan la vorágine de la ciudad al río y quienes andamos en kayaks por el río la estamos pasando mal, porque no sabemos cuándo nos atropellan”, lamentó el también referente de la Asociación Argentina de Remo, quien denunció también la falta de controles de velocidad en el curso de agua, “una situación cuasi anárquica donde la reglas quedan extintas”.
La situación es tan extrema que se ha visto en videos como las motos de agua navegan a más de 130 kilómetros por hora en el canal principal como también en los riachos internos en la zona de islas, incluso estos videos son promocionados por concesionarios náuticos lo que Robert consideró como “una apología al delito”.
En cuanto a los accidentes indicó que en su caso y el de su compañeros comenzaron a trabajar sobre este tema y a sentir la necesidad de expresarse cuando un compañero de ellos, deportista del club Remeros Alberdi, fue atropellado en las aguas del río y sufrió una fractura muy fuerte de antebrazo que lo llevó a una rehabilitación de un años sin poder hacer actividades deportivas.
Esto sucedió antes de la pandemia, donde Robert aseguró que bajó considerablemente el tránsito en el río y que la vuelta tras las aperturas fue caótica. “Las motos de agua están volando entre los kayaks y los botes de remo”, reveló y apuntó nuevamente que “no hay control”, citando como ejemplo una moto de agua que en la temporada pasada se subió a la playa y le causo a una bañista que estaba sentada en una reposera la fractura de sus piernas.
Presentación y reclamo a las autoridades
Este fin de semana la Multisectorial junto con instituciones deportivas y ambientales se concentraron en la zona de la Rambla Cataluña y marcharon por agua y tierra hacia Costa Alta para llevar adelante una serie de pedidos dirigidos hacia el Ejecutivo local y Prefectura, que giró en torno a un reclamo por una navegación más segura.
Participaron personas de todas las asociaciones de deportes náuticos, y también los clubes de la costa, la Multisectorial Humedales, El Paraná No Se Toca y otras organizaciones sociales por la necesidad de tener una práctica más segura y sustentable del río.
El pedido a los sectores políticos consta de un plan de seguridad en el que trabajan desde principios de año con todas estas asociaciones, además con un rediseño de la costa para tratar de evitar accidentes y situaciones de riesgo.
Uno de los pedidos que llevarán a la Municipalidad será la reorganización de los puertos desde donde parten las lanchas taxi de pasajeros y en ese sentido que sea La Fluvial el puerto deportivo mercante para taxis náuticos y lanchas colectivas lo que evitaría la salida masiva por zona norte.