Finalmente y casi 18 horas después, el Segue 44 que colisionó anoche con la escollera rompeolas del Yacht Club Argentino de San Fernando, se hundió debido a que empezó a hacer agua por popa y a la bajante que se produjo durante todo el día del río.
El barco de 14 metros de eslora estaba literalmente colgado apoyando la proa en el espigón de cemento y pilotes de acero que hacen las veces de escollera rompeolas del YCA de San Fernando. Hoy por la mañana ya se lo veía mas colgado de popa, ya que estaba bajando el río. El agua estaba entrando por la popa, por lo que se empezó a registrar el fenómeno de “hacer agua” y la la situación para sacarlo del lugar empezó a complicarse. Varias embarcaciones correspondientes a las compañías de seguros estuvieron trabajando durante la jornada, pero nada pudieron hacer para salvar el yate del colapso.
Sobre las 17:30 horas, evidentemente con mucho más lastre en popa (sala de máquinas), el Segue 44 no soportó más apoyado en la escollera y se deslizó hacia atrás cayendo totalmente a la agua del Río Luján. Dio una vuelta de campana y hasta hace unos instantes se podía ver sólo el fondo por sobre la superficie.
Lo extraño fue que no hayan intentado antes, durante la madrugada inclusive, sacar el barco de ese lugar. Principalmente cuando estaba el río más alto, cosa que evitaba que el crucero este tan inclinado como lo estuvo durante las últimas hora en la escollera. Evidentemente estas cosas no pasan a menudo y la inexperiencia en este tipo de rescate hace que suceda lo que finalmente sucedió.
Otra de las cosas que pudo haber sucedido, que no trascendió, es que el rumbo que tenía sobre la línea de flotación (según algunas fotos que se difundieron) haya sido mayor de lo que parecía y por eso la decisión de no intentar sacar el barco, porque en definitiva, se iba a hundir igual.
Lo cierto es que, lamentablemente, el soberbio yate colapso en las aguas del Río Luján. a partir de ahora, trabajo para los peritos, Prefectura Naval Argentina y seguros, para determinar causas, consecuencias y responsabilidades. Lo positivo del hecho, es que no hubo ni lesionados y ni víctimas, tanto para tripulantes como para terceros.