Será una actividad en simultáneo por distintos ríos y arroyos de la zona, y del resto del país. Reclaman la sanción de una Ley de Humedales, y el cuidado y protección de los ríos. La propuesta es abierta.
Este domingo 14 de marzo, Día internacional de la lucha por los ríos, se llevará a cabo la 3° Remada por los Ríos, una acción de organizaciones autoconvocadas para exigir al gobierno su protección. En esta edición reclaman además la urgente sanción de una Ley de humedales (hashtag #LeyDeHumedalesYa), para que se implementen medidas para el cuidado y protección de dichos espacios naturales.
También se pone el foco en las quemas indiscriminadas en las islas. Este fue un problema que se prolongó durante gran parte del año pasado y afectó no sólo a nuestra zona de islas sino también a todo el humedal del río Paraná, en un escenario de pronunciada bajante. Lo mismo ocurrió en otras zonas del país. Además, se continúa reclamando: “No a las papeleras, no a las represas”; por el respeto de las líneas de ribera, que deben ser de uso público; y se reclama una seria discusión sobre el impacto que tendrá la futura hidrovía del Paraná.
Esta acción autoconvocada y autogestionada se llevará a cabo en simultáneo en distintos ríos del país. En Santa Fe, los participantes remarán por distintas zonas de los ríos San Javier, Ubajay, Arroyo Leyes, Santa Fe y Coronda, que son afluentes del imponente río Paraná. También en el Salado. “Los ríos no son basureros, son dadores y portadores de vida”, señalan los activistas en defensa de los cursos de agua.
También está previsto remar el río Uruguay en distintos tramos, El Paraná en la zona de Rosario y del tramo inferior (Bs. As.) el Río de la Plata y otras zonas del país.
Salir al río
La propuesta es realizar una travesía remando, nadando o a vela. Es importante contar con las medidas de seguridad como el uso de chaleco salvavidas y respetar las reglas de navegación. Y recomiendan llevar agua, alguna comida para compartir, mate y repelente.
También se invita a preparar alguna actividad de visibilización y concientización sobre la problemática de los ríos y humedales, como carteles u otros elementos. En ese sentido, algunos activistas organizaron además en algunas zonas jornadas de limpieza de las orillas para este sábado 13.
Antecedentes
El año pasado, para esta misma época del año, se iba a realizar la 2° Remada por los Ríos, que se vio afectada por el inicio de la Aspo debido a la pandemia. En aquella oportunidad, además, especialistas en medioambiente iban a brindar charlas abiertas sobre la importancia del cuidado de los humedales. El alto grado de contaminación de los ríos, sobre todo por plásticos, afecta no solo al medioambiente, a la flora y fauna, sino también al ser humano. Biólogos han encontrado residuos plásticos en los pescados que luego llegan a la mesa familiar.
La postergada charla “Río Paraná: ¿sopa de plásticos?”, a cargo del investigador del Inali/ Conicet, Martín Blettler, se terminó realizando de manera virtual en el mes de noviembre.
Por último, cabe mencionar que la 1° Remada por los Ríos, llevada a cabo en 2019, fue multitudinaria y sirvió para que muchas personas comiencen a tomar conciencia de la importancia del cuidado de los ríos y arroyos que forman parte del humedal del Paraná.
Ley de Humedales
El pasado 2 de febrero se celebró el Día Mundial de los Humedales, en conmemoración de la firma del Convenio sobre los Humedales en Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971. Este convenio es el primer tratado en el planeta que pone de relieve la importancia de estos ecosistemas.
La fecha es también una excusa para remarcar la urgencia de una normativa que regule su conservación y el uso racional y sostenible de los humedales. En 2020, producto de los más de 11.000 incendios registrados en la zona del Delta del Río Paraná, el tema tomó estado público y gran parte de las organizaciones socio ambientales del país conformaron la Red Nacional de Humedales (RENAHU). Esto permitió que la discusión se ponga en agenda, y por tercera vez, el debate respecto a la Ley de Humedales llegó al Congreso de la Nación.
Con más de 13 proyectos de ley “en danza”, finalmente en noviembre, la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano aprobó con dictamen de mayoría un texto unificado de ley de presupuestos mínimos de protección ambiental para el uso racional y sostenible de los humedales, que es resultado del trabajo no solo de diputadas y diputados, sino de importantes especialistas en humedales del sector científico y académico, así como de organizaciones de la sociedad civil (grandes, medianas y de base) de todo el país.
Ahora se espera que dicho proyecto avance y se transforme en Ley durante el transcurso de este año.
Balance 2020, con pandemia, quemas y bajante
¿Qué impacto tuvieron la pandemia (y la consecuente retracción de la presencia humana en el ambiente natural por el Aspo) las quemas y la pronunciada bajante del Paraná en nuestra zona?
El Dr. Martín Blettler, investigador Inali Conicet dice: “debo diferenciar primero lo que es el conocimiento científico de lo que puedo percibir y de la opinión que, como científico, tengo; y que tiene un peso muy inferior a lo primero. Acudo entonces a la segunda porque no cuento con la falta de información para valerme de resultados concretos. A través del conocimiento de muchos años, de lecturas y de la investigación, con la experiencia adquirida uno puede inferir o especular qué puede haber pasado, sin certezas ni conocimiento científico”.
“Dicho esto, respecto de lo primero, la pandemia, debo decir que no existen estudios que nos lleven a decir qué pasó. Sería naif pretender encontrar grandes cambios ante la retracción de la presencia humana en el ambiente natural, porque los cambios no ocurren tan rápidamente. Se percibió que el ambiente se recuperaba, se veían aves en las ciudades, yo mismo las vi en el jardín de mi casa, y se apreciaba lo que parecía una recuperación. Pero ello es una falacia, porque los tiempos reproductivos son mucho mayores que tres meses de aislamiento. Se necesitan años. Lo que ocurrió fue que al tener una presencia humana reducida de un día para otro (producto del aislamiento) uno agudiza los sentidos (sin el bullicio cotidiano) y empieza a percibir más la fauna, que ya estaba. No percibíamos el canto de las aves. Por otro lado, muchas aves no mejoraron sus poblaciones pero se arrimaron un poco más a las ciudades, en busca de un nuevo recurso. Lo mismo ocurrió con muchos peces, que se aproximaron en cardúmenes a las márgenes, donde tienen más posibilidades de alimentación. Todo ello dio una sensación de recuperación”.
¿Cómo influyó la bajante?
“Esto sí es conocimiento científico. La reproducción de los peces está acoplada a los ciclos hidrológicos, por una razón muy simple: cuando hay ciclos hidrológicos altos (inundación) se tiene acceso a las distintas llanuras en la planicie, y así los peces tienen más posibilidades de alimentación, lo que impacta de manera significativa, con más posibilidades de desove en lagunas. Y son los juveniles los que se incorporan a los cauces principales, como por ejemplo el sábalo. Al verse restringido el recurso hídrico (bajante pronunciada y prolongada) se ven limitadas las poblaciones y, consecuentemente, se han visto reducidas al no tener acceso al recurso. Esto pasó con muchas especies, especialmente con el sábalo, y en consecuencia impactó en otras especies predadoras de éste” continúa Blettler.
¿Qué pasó respecto de las quemas?
“Han tenido un impacto significativo con pocos antecedentes en la historia. Los investigadores están relevando los daños en este momento. Hay daños que son recuperables. También es cierto que hay muchas especies que ‘toman ventaja’ de las quemas, por decir de algún modo, y luego de las mismas tienen ciclos muy acelerados y brotan con velocidad a los fines de ganarle espacio a la siguiente camada de las especies más tradicionales. El incendio es una circunstancia natural como lo es la hidrología. El problema es cuando es tan prolongado y exacerbado. No hay que tenerles miedo porque es natural. Sí tiene implicancia la prolongación y magnitud, como ocurrió aquí, en Pantanal o en Amazonas. Es preocupante porque pasará mucho tiempo hasta lograr una recuperación. Y además, aparecen nuevos incendios”, finaliza.
Fuente: El Litoral