La llegada de masa líquida liberada por Itaipú dará un nuevo alivio transitorio a los riesgos para la navegabilidad y la producción de agua. en el río Paraná.
Muy cerca de los registros más bajos de los últimos 50 años, el río Paraná registró ayer 28 centímetros frente a la costa de la capital provincial. Desde el 20 de julio, cuando llegó a medir 1,49 centímetros, inició una fuerte tendencia decreciente que ya puso en alerta la navegabilidad en la región, y las tomas de agua en las distintas ciudades ribereñas.
Luego del piso histórico del 14 de mayo, cuando midió solo 14 centímetros, los acuerdos diplomáticos entre Brasil, Paraguay y Argentina permitieron que la liberación de caudales desde la represa de Itaipú dieran un alivio transitorio ante el profundo déficit de precipitaciones en toda la denominada Cuenca del Plata.
De acuerdo con los pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA), entre hoy y mañana las aguas del Paraná podrían descender aún más, pero ya durante el fin de semana y en el arranque de la próxima, se frenará la tendencia y habrá una leve recuperación de caudales, entre 20 o 30 centímetros sobre la costa entrerriana.
Ya sobre la costa correntina se comenzó a registrar en estos días esa onda de crecimiento. Itaipú informó que desde el inicio de la operativa denominada “Ventana de agua”, el 3 de agosto “para facilitar el flujo de la zafra paraguaya por la hidrovía, la central hidroeléctrica incrementó su producción de energía eléctrica en unos 800 MW en promedio por día, lo que representa aproximadamente el 12% más que la producción normal programada para ese periodo. Ese aumento posibilitó una mayor cantidad de agua turbinada y, por consecuencia, un mayor caudal del río para mejorar la navegabilidad. Con esa operación especial el nivel del río Paraná subió un metro aguas abajo de la central.
Al respecto se indicó que fue la segunda operación en poco más de dos meses llevada a cabo por Itaipú –represa binacional de Brasil y Paraguay–, sin que haya sido necesaria la apertura del vertedero, en medio de una de las sequías más fuertes e intensas de todos los tiempos que afectan tanto al río Paraná como a sus afluentes.
De todos modos, esta operación de liberación de caudales que se inició el lunes, concluirá el domingo. Fue a pedido de la Cancillería paraguaya, y planificada solo por 14 días. De lunes a viernes, habrá 7.500 metros cúbicos de agua por segundo y los fines de semana, 7.100 m³/s; es un incremento de 1,000 m³/s con relación a la descarga normal programada para este periodo.
Perspectiva
En toda la cuenca del Paraná, desde Brasil, el río mantiene su pronóstico de persistencia de aguas bajas.
De acuerdo con el INA, la tendencia climática actualizada recientemente sigue siendo desfavorable como para esperar una rápida recuperación del caudal. El bajo nivel de precipitaciones, y la estimación de la presencia de la Corriente de La Niña hasta el inicio del año próximo, no plantea un cambio significativo del panorama del río, para que recuperar sus niveles habituales.
Hace un año, en agosto, el río medía 2,30 metros frente a la costa paranaense. El promedio histórico para el mes es de 2,89 metros.
La bajante comenzó a acentuarse en septiembre: el día 11 de ese mes cayó a 1,60 metros; en octubre, bajó a 1,35 metros.
Fuente: Diario Uno de Entre Ríos