Los fabricantes de harina de soja en Argentina presentaron el martes por la noche una propuesta destinada a poner fin a una huelga de dos semanas de los sindicatos de trabajadores del petróleo y del puerto que ha trastornado el flujo de exportaciones agrícolas de uno de los principales cestas de pan.
Los trabajadores de semillas oleaginosas y los inspectores de granos están exigiendo aumentos salariales lo suficientemente grandes como para compensarlos por la alta inflación y el riesgo de trabajar durante la pandemia de COVID-19.
Daniel Succi, un funcionario del Sindicato de Trabajadores y Empleados de Semillas Oleaginosas (SOEA), dijo que los trabajadores el miércoles por la mañana habían cumplido con el nuevo acuerdo laboral propuesto por las empresas exportadoras con escepticismo, calificándolo de insuficiente.
“Seguramente … tendremos una respuesta a esta oferta, que no es suficiente”, dijo Succi, y agregó que el ajuste salarial no cumplió con las expectativas.
Lo que está en juego crece día a día a medida que las negociaciones continúan farfullando 14 días después de que los trabajadores abandonaron el trabajo por primera vez.
Desde la semana pasada, ningún camión de soja ha ingresado a las terminales del principal centro de granos del país, Rosario, desde donde se envían alrededor del 80% de las exportaciones agrícolas de Argentina. La cámara de empresas exportadoras CIARA-CEC de Argentina dijo que más de 100 buques de carga no pudieron cargar durante la huelga.
A última hora del martes, los sindicatos vinculados al sector marítimo y portuario argentino anunciaron que ellos también iniciarían una huelga de 36 horas a partir del miércoles por la mañana en apoyo de sus compañeros de trabajo.
Argentina es el principal proveedor internacional de harina de soja, alimento para ganado utilizado para engordar cerdos y aves desde Europa hasta el sudeste asiático. (Reporte de Maximilian Heath; escrito por Dave Sherwood; editado por Bernadette Baum).
Fuente: G Captain