La magia del efecto óptico de la Fata Morgana hace que los buques de contenedores parezcan estar suspendidos sobre el mar en la costa barcelonesa.
“La magia de la Fata Morgana ha vuelto a aparecer esta semana en la playa de Gavà (Barcelona)”, explica Xavi Cabo a la hora de compartir sus fotografías en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia.
“El barco volador que no toca el mar, debido al fantástico efecto óptico de la Fata Morgana y los contrastes de temperatura”, detalla el lector, antes de destacar: “La magia vuelve a la playa de Gavà”.
Y es cierto que vuelve porque, a lo largo de 2020, hubo varios días al año en que la Fata Morgana causó espectaculares efectos ópticos frente a la costa de Barcelona, como la gran isla flotante u otro barco volador como el retratado esta semana frente a Gavà, en el Baix Llobregat.
Lo cierto es que están aumentado las referencias a las llamadas ciudades flotantes frente a la costa de Barcelona como consecuencia de dos factores: las condiciones meteorológicas favorables para generar el efecto Fata Morgana y, en segundo lugar, el importante tráfico de grandes buques, ya sean cruceros o barcos mercantes, que hay en el Puerto de Barcelona.
Cuando se juntan el efecto Fata Morgana con alguno de los grandes buques de contenedores de mercancías que pasan por el puerto barcelonés, se producen fenómenos tan espectaculares como los barcos voladores o las ciudades flotantes.
“El jueves por la mañana al amanecer se pudieron ver edificios en el mar”, explica Xavi Cabo. “¿Qué les sugiere esta imagen?…. La magia de la Fata Morgana ha vuelto a hacer acto de presencia en la playa de Gavà”, afirma.
“La fuerte inversión térmica y los contrastes de temperatura hacen que la magia del efecto óptico, deformando y alargando lo que vemos, es la auténtica Fata Morgana”, destaca.
Lo cierto es que están aumentado las referencias a las llamadas ciudades flotantes frente a la costa de Barcelona como consecuencia de dos factores: las condiciones meteorológicas favorables para generar el efecto Fata Morgana y, en segundo lugar, el importante tráfico de grandes buques, ya sean cruceros o barcos mercantes, que hay en el Puerto de Barcelona.
Cuando se juntan el efecto Fata Morgana con alguno de los grandes buques de contenedores de mercancías que pasan por el puerto barcelonés, se producen fenómenos tan espectaculares como los barcos voladores o las ciudades flotantes.
“El jueves por la mañana al amanecer se pudieron ver edificios en el mar”, explica Xavi Cabo. “¿Qué les sugiere esta imagen?…. La magia de la Fata Morgana ha vuelto a hacer acto de presencia en la playa de Gavà”, afirma.
“La fuerte inversión térmica y los contrastes de temperatura hacen que la magia del efecto óptico, deformando y alargando lo que vemos, es la auténtica Fata Morgana”, destaca.
Fuente: Diario La Vanguardia Barcelona