En poco más de una hora un grupo de 25 personas reunió más de 200 kilos de residuos de la laguna Setúbal. Juntaron desechos patológicos como jeringas y pañales, hasta metales, vidrios y plásticos de todo tipo.
La continua dinámica del río Paraná, en su ascenso y descenso del caudal, hace que todo el material que flota sobre su superficie recorra un largo camino hasta alojarse en alguna orilla equis de sus innumerables cuencas. En territorio santafesino, el espejo de agua que más se atesora es la laguna Setúbal. La bajante del Paraná volvió a ser extrema en las últimas semanas, tras un repunte en los meses de verano, y en consecuencia dejó alojado infinidad de desechos en sus costas, sobre y bajo el lecho lagunar ya seco.
El pasado viernes, en el marco del mes del medio ambiente, un grupo de ambientalistas convocados por Igualdad Santa Fe se concentró en la costa oeste de la Setúbal para recorrerla y juntar los residuos que hallaban en su recorrido. Para esta jornada, y en virtud al contexto de pandemia, se convocó en tres puntos diferenciados sobre Av. Almirante Brown.
En poco más de una hora el grupo de 25 personas, que se dividió en cuatro grupos, reunió entre 200 y 250 kilos de desechos. Entre el material reunido, un porcentaje podrá reinsertarse en el proceso productivo y será reciclado por la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana; mientras que el resto que no pueda recuperarse irá a disposición final.
“La ciudad debe recuperar la laguna Setúbal”, afirmó Joaquín Azcurrain, referente de Igualdad Santa Fe, quien opinó: “El descuido es enorme y sorprende lo que nos encontramos hoy. Desde residuos patológicos como jeringas y pañales, hasta metales, vidrios y plásticos de todo tipo; la bajante deja al descubierto lo que no queremos ver”.
A simple vista las botellas o las bolsas plásticas siempre están. “Cuando el agua baja vemos de qué manera está consolidada la cantidad de desechos en la arena, nos damos cuenta de qué manera estamos descuidando un recurso escaso y que es fundamental como lo es el agua dulce”, sostuvo Azcurrain y al mismo tiempo pidió mayor compromiso por parte de los Estados, sobre todo municipal.
Proteger para recuperar
Este año, el lema del mes ambiental en todo el mundo se relaciona a la restauración de los ecosistemas: plantar árboles, reverdecer ciudades, reintroducir especies silvestres en los jardines o limpiar ríos y costas, son algunas de las posibles acciones que pueden pensarse para contribuir a la causa.
“Debe haber compromiso por parte de las empresas que generan todos estos residuos, el sector privado debe cumplir su rol en todo esto. Además la ciudadanía debe tomar conciencia, hay que entender que cada cosa que enterramos en la arena o tiramos al río no es inocua, sino que deja una huella ambiental, que se convierte en degradación de plásticos, para ser microplásticos que luego comen los mismos peces que nosotros consumimos; o lo mismo los pájaros llevando plásticos a sus nidos como se evidenció en un estudio del Conicet”, analizó el ambientalista.
Fuente: El Litoral