Por la zona de las areneras del Puerto Viejo, en Paraná, quedó a la vista un viejo remolcador que se hundió hace algunos años atrás y reaparece en cada retirada del río.
La bajante histórica del río Paraná sorprende a propios y ajenos. Las impactantes imágenes de las costas con poca agua en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes llaman la atención y no dejan de causar preocupación. Es que el bajo nivel del cauce trastocó el paisaje ribereño de cada localidad. En la capital entrerriana, por ejemplo, puede verse el puente de arena que une las islas Puente y Curupí ubicadas frente al puerto de la ciudad.
De hecho, días pasados, se registraron en imágenes los pilotes que sostienen la Costanera de Paraná y hasta algunas de las piedras de basalto que forman parte de su construcción. También pudieron verse las construcciones de antiguos muelles en la zona del puerto.
Después de atravesar las calles Estrada y Leopoldo Díaz al final, quedó a la vista de todos, un viejo remolcador que naufragó hace unos cinco o seis años. Así lo contaron lugareños al hacer mención que el lanchón estaba amarrado a un pontón en un astillero y que, de un día para el otro, se hundió. Por ello, desde Vías Navegables se lo señalizó con una boya para prevenir accidentes náuticos, que otras embarcaciones lo choquen.
Corroído por el paso del agua y el tiempo, la vieja embarcación nos revela aquellos tesoros que se encuentran bajo nuestro río Paraná. Es que, antiguamente, apenas si podía verse el mástil del remolcador, pero ahora con el curso de agua a niveles por debajo de cero, el lanchón aflora en toda su inmensidad.
Fuente: El Once