El surfista Vicente Romero, probando la ola de Wavegarden en Alaïa Bay. Terceros

En unas semanas se inaugurará el primer ‘surf park’ de Suiza, que cuenta con la tecnología de la empresa vasca Wavegarden.

A los pies del monte Cervino, entre las estaciones de esquí de Zermatt, Verbier y Crass-montana, se inaugurará en unas semanas Alaïa Bay, el primer surf park de Suiza y uno de los primeros de Europa. El proyecto llega avalado por varios surfistas profesionales que ya han testado la nueva ola suiza y por la tecnología de la empresa vasca Wavegarden, líder mundial en el sector de las olas artificales.

La empresa guipuzcoana nació en el año 2005 de la mano de Josema Odriozola, un vasco amante del surf, y de su mujer, la economista deportiva Karin Frisch. En el año 2010, tras miles de horas de simulaciones por ordenador y ensayos en una laguna artificial de Aizarnazabal (Gipuzkoa), consiguieron su sueño de generar una ola artificial surfeable y de calidad.

A partir de ahí, la tecnología de Wavegarden comenzó una expansión internacional, y la empresa cuenta hoy con instalaciones en Inglaterra, Gales, Australia y Corea del Sur, donde han participado en la creación de la mayor piscina de olas artificiales del mundo. A estas instalaciones se suma la laguna ubicada junto a su sede actual, en Aizarnazabal (Gipuzkoa), y los complejos que se inaugurarán en Sao Paolo y los Alpes suizos.

Esta última instalación ha sido promovida por Adam Bonvin, fundador de Alaïa Bay, quien señala que, “tras investigar todas las opciones”, concluyó que “la tecnología de Wavegarden es la mejor”.

 

Los surfistas Yago Domínguez, Aritz Aranburu y Ezekiel Lau, testando el proyecto. Terceros

Las olas del nuevo complejo también han superado el test de los surfistas. “Tanto para surfistas profesionales como para personas que quieren mejorar, este surf park es increíble. He estado surfeando en el surf park de Kelly Slater y en WACO, pero es aquí donde he conseguido hacer las mejores maniobras”, ha indicado Ezekiel Lau.

Desde Wavegarden calculan que en Suiza hay unas 45.000 personas aficionadas al surf y recalcan que el entorno es propicio, ya que existe una amplia oferta complementaria de “esquí, snowboarding, skate, BMX y gimnasia deportiva, entre otros deportes”.

“Teníamos dudas de que una configuración más pequeña de la laguna pudiera afectar a la calidad de las olas. Hemos podido comprobar que somos capaces de crear una laguna de 46 módulos en un espacio más pequeño y conseguir que no afecte de ninguna manera a la calidad de las olas”, señala Josema Odriozola, CEO de Wavegarden.

Fuente: La Vanguardia

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