Luego de recibir el alerta, la fuerza federal procedió al rescate de la tripulación. Se investigan los pormenores que ocasionaron el naufragio
El río Paraná fue escenario de un episodio de angustia y tensión, cuando una embarcación de bandera paraguaya, con alrededor de 50 pasajeros a bordo, quedó a la deriva y comenzó a ser azotada contra las rocas. La rápida y coordinada intervención de la Prefectura Naval Argentina, sumada a la valiosa colaboración de embarcaciones particulares, fue determinante para evitar una tragedia que pudo haber tenido consecuencias devastadoras.
El reloj marcaba cerca de las 9 de la mañana de ayer cuando el barco, que había zarpado de Paraguay con destino a la localidad correntina de Itatí, se vio imposibilitado de continuar su travesía. Un aparente desperfecto mecánico, aún bajo investigación, dejó a la nave a merced de la corriente, que la arrastró inexorablemente hacia una zona de rocas, donde comenzó a recibir fuertes impactos.
La escena que se desarrolló a continuación fue de pura desesperación. Los pasajeros, entre los que se encontraban adultos mayores, se vieron expuestos a una situación de extremo peligro, sin contar con las medidas de seguridad mínimas requeridas para este tipo de embarcaciones. La falta de chalecos salvavidas y otros elementos de seguridad acrecentó el temor y la angustia a bordo.
Desde la costa, testigos presenciales relataron haber escuchado los gritos de auxilio de los tripulantes y pasajeros. La incertidumbre y el temor se apoderaron de quienes observaban impotentes desde la orilla, mientras el barco era zarandeado por la corriente y golpeado contra las rocas.
La Prefectura Naval Argentina, alertada de la situación, desplegó de inmediato un operativo de rescate. Una de sus lanchas se dirigió a toda velocidad hacia el lugar del incidente, mientras se solicitaba la colaboración de otras embarcaciones particulares que se encontraban en la zona. La premura era esencial, ya que cada minuto que pasaba aumentaba el riesgo de que el barco sufriera daños irreparables o que alguno de los pasajeros cayera al agua.
La tarea de rescate fue ardua y exigió una gran destreza por parte de los rescatistas. La corriente del río, que en ese momento se encontraba relativamente tranquila, seguía empujando al barco hacia las rocas, lo que dificultaba las maniobras de remolque. Finalmente, tras un esfuerzo conjunto, la lancha de la Prefectura logró enganchar al barco y comenzó a remolcarlo hacia la zona del puerto de Itatí.
La llegada a tierra firme fue recibida con un suspiro de alivio por parte de todos los presentes. Los pasajeros, aún conmocionados por la experiencia, descendieron del barco con la mirada perdida y el cuerpo tembloroso. Muchos de ellos relataron haber sentido que la vida se les escapaba entre los dedos, mientras el barco era zarandeado por la corriente y golpeado por las rocas.
Afortunadamente, gracias a la rápida y eficiente acción de la Prefectura y a la solidaridad de las embarcaciones particulares, no se registraron heridos. Sin embargo, el incidente dejó al descubierto una serie de falencias en materia de seguridad que deben ser abordadas con urgencia.
Las autoridades de la Prefectura Naval Argentina han iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas del incidente. Se busca esclarecer si el desperfecto mecánico que dejó al barco a la deriva fue producto de una negligencia en el mantenimiento o si se debió a un factor externo.
Asimismo, se investiga el cumplimiento de las normas de seguridad por parte de la embarcación. Se busca determinar si el barco contaba con la habilitación correspondiente para realizar este tipo de traslados y si cumplía con las medidas de seguridad exigidas por la ley, por lo que continúa la pesquisa para determinar los pormenores de la zozobra.
Fuente: Norte de Corrientes