El especialista de la FICH UNL estudia los asombrosos fenómenos que ocurren con los cambios del comportamiento del río Paraná en su tramo medio y vaticina una bajante histórica que atravesará el récord de 1944.
Se llama Carlos Ramonell, es geólogo y desde hace años viene estudiando el comportamiento del río Paraná en su tramo medio. Sus estudios los lleva a cabo junto a un equipo interdisciplinario de científicos desde el Departamento de Sedimentología de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (FICH UNL), y afirma que con la actual bajante del río se acentuarán los impactos geomorfológicos en el paisaje.
Esta tendencia se puede observar hoy en la laguna Setúbal (que es parte del Paraná), cuyo paisaje fue mutando de ambientes lagunares a isleños, particularmente visibles en los parajes Chaco Chico y Monte Zapatero, en el norte de la ciudad de Santa Fe. “A 5 o 6 km de la ciudad, donde hasta no hace mucho estaba el borde norte de la laguna, ahora hay vacas pastando”, graficó el investigador.
La morfología plana del lecho lagunar muta a bancos de arena de distinto tamaño, con la aparición de nuevos canales en medio. “Como todo delta, tiene una parte emergida y otra subacuática, la cual ha avanzado sustancialmente a lo largo de esta condición de bajante. En seis meses, entre abril y octubre de 2020, estas manifestaciones subacuáticas del delta llegaron a avanzar hasta 600 metros sobre el lecho lagunar”, afirmó Ramonell, agregando que: “hace cinco años, el frente de las manifestaciones deltaicas que teníamos en la laguna se encontraba a 4 o 5 kilómetros al norte de calle French, en el norte de la ciudad. Actualmente, con la bajante, idénticas manifestaciones están entre 2,5 y 3 km”.
Altura
La última medición del río Paraná en la ciudad de Santa Fe arrojó 38 cm en el puerto de la capital provincial.
Fuente: El Litoral