Controles de Prefectura en el Delta.

Este domingo Prefectura detectó una lancha y una moto de agua que circulaban en el río sin papeles. También conductores alcoholizados.

 

En el marco de los controles realizados en el Paraná durante este verano, Prefectura Naval multó este domingo a una guardería náutica por no respetar la normativa que obliga a controlar la habilitación de las embarcaciones y el carné del conductor antes de salir al río.

Fuentes de la fuerza de seguridad nacional recordaron que clubes y guarderías náuticas tienen un rol “importantísimo” para lograr la convivencia en el río.

Según destacaron, al momento del despacho las guarderías tienen que verificar que los responsables de las embarcaciones tengan al día el carné que los autoriza para navegar. Y recordaron que están expuestas a sanciones en el caso de detectar incumplimientos.

Sin ir más lejos, una guardería náutica fue sancionada el domingo pasado por haber permitido que dos embarcaciones _una lancha y una moto de agua_ salieran al Paraná sin que sus responsables tuvieran autorización para navegar. Además, los conductores no lograron pasar los test de alcoholemia.

El último de estos episodios se registró el domingo por la noche, en la zona conocida como el Paraná Viejo, uno de los riachos de la zona de islas más concurridos este verano.

De acuerdo al parte de Prefectura, el guardacostas de la fuerza de seguridad se topó en ese lugar con dos embarcaciones que se encontraban unidas entre sí y fondeadas en proximidades del parador El Pimpollal.

Los efectivos se acercaron a identificar a los tripulantes de las lanchas, registradas como “Nereo” y “La Pijo”. Eran dos hombres y dos mujeres, mayores de edad, y según sospecharon los uniformados, habían consumido alcohol.

Por eso decidieron someter a un test de alcoholemia a quienes conducían las embarcaciones. Ninguno logró superar la prueba de alcohol. Uno de los conductores arrojó un resultado de 0,69 miligramos por litro de alcohol en sangre; el otro 1,55 miligramos de alcohol por litro de sangre, tres veces más que el mínimo permitido para conducir un vehículo a motor en el río.

Y no fue la única infracción que detectaron los efectivos de la fuerza de seguridad, ya que quien se encontraba al mando de una de las embarcaciones carecía de la documentación correspondiente a bordo y no poseía autorización para conducir.

Ante la situación, se dispuso la incautación de las embarcaciones y se labraron actuaciones administrativas a los responsables de las embarcaciones.

También a la guardería donde se amarraban los vehículos. La guardería Tifón, de la localidad de Granadero Baigorria recibió una sanción por no respetar la normativa vigente a la hora de despachar las embarcaciones.

Fuentes de la fuerza de seguridad recordaron que en la misma jornada, pero durante la tarde, se había secuestrado preventivamente una moto de agua, ya que no se hallaba matriculada y quien se encontraba al mando carecía de habilitación para conducir. La moto acuática procedía del mismo lugar de guarda.

“Una irresponsabilidad”

Fuentes de Prefectura recordaron que la navegación es incompatible con el consumo de alcohol. “La irresponsabilidad de las personas que conducen embarcaciones en estado de ebriedad pone seriamente en riesgo su propia integridad y la del resto de las personas que buscan en el río un momento de esparcimiento y tranquilidad”, señalaron.

Además, advirtieron que los clubes y guarderías náuticas son actores importantes para la fiscalización de embarcaciones, ya que tienen la obligación de exigir la documentación de las mismas y el carné habilitante de los conductores antes de salir al río.

“Los clubes están obligados a pedir los papeles al propietario y tienen que controlar que estén en regla para que puedan salir”, indicaron desde la fuerza nacional. Por eso, advirtieron, cada vez que Prefectura hace un acta de comprobación “siempre se pregunta de qué club sale y se puede sancionar al club o a la guardería, ya que no está cumpliendo con la normativa vigente de constatar que la documentación de las embarcaciones y los conductores esté actualizada”,

Este verano, marcado por la pandemia y las restricciones sanitarias, el uso del río es intenso. Según datos oficiales, hay unas 30.000 embarcaciones alojadas en unos 15 clubes náuticos y 16 guarderías.

En todo ese universo, hay registradas 6.100 lanchas, 7.500 yates, y unos 15.000 kayaks.

Refuerzan testeos de alcohol

Los controles de alcoholemia se mudaron hace unos diez años del asfalto de la ciudad a las aguas del río Paraná. Sin embargo, este verano se reforzaron los testeos de alcohol y se sumaron a los patrullajes habituales que se encargan de verificar los papeles de la embarcación, los elementos de seguridad y el carné de los conductores.

Tal como sucede en la calle, el límite de tolerancia de alcoholemia para las embarcaciones deportivas es de 0,5 (500 miligramos por litro de sangre) y para los timoneles de artefactos acuáticos tipo moto o similar, de 0,2. En cuanto a las embarcaciones comerciales, el nivel de tolerancia es 0. Es decir, que el conductor no podrá tener ninguna graduación alcohólica.

Por superar estos mínimos permitidos se establecen distintas sanciones que pueden incluir tanto multas como la inhabilitación del carné náutico del conductor.

Fuente: La Capital Rosario

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