En las últimas horas empezaron a aparecer con mayor asiduidad en las redes sociales las preocupaciones de los propietarios de embarcaciones en cuanto al estado de las mismas, producto del no uso y mantenimiento durante el “aislamiento obligatorio” por la pandemia del coronavirus. Muchos náuticos que cuentan con embarcaciones (lanchas, semirrigidos, cruceros, yates y veleros) manifiestan en estos días la necesidad de asistir a sus amarras o guarderías para observar el estado de las embarcaciones, por un lado por el largo tiempo que ha pasado de la última vez de uso y por el otro, teniendo en cuenta el temporal de agua y viento registrado en las últimas 48 horas.
Gustavo, un amarrista de un reconocido club de San Fernando, manifestó en redes sociales y en comunicaciones con amigos por WhatsApp lo siguiente: “Las cámaras, CACEL, las guarderías, clubes náuticos, las escuelas de náutica deberían gestionar un rubro de permisos para acercarnos a las embarcaciones para poder ir a bordo aunque sea para achicar sentinas cambiar filtros y limpiar tanques y cubiertas.
De lo contrario el parque náutico se va a deteriorar.
Yo tengo permiso para circular esencialmente a mi trabajo no para hobbies. Pero el parque náutico se ca a caer a pedazos. Tanques sucios con combustibles podridos, baterías descargadas.
Sentinas sin achicar, posible contaminación de los espejos de agua.
Y la tasa municipal de uso de aguas la seguimos pagando obligatoriamente para no caer en deudas acumuladas o trasladar el cargo a las amarras y clubes. Creo que la iniciativa debe partir de arriba y acompañarla los usuarios. Muchas gracias”, manifestaba.
Las mayores preocupaciones
La mayor preocupación esta puesta en saber si las embarcaciones están haciendo agua. Es que no solo lo pueden hacer por abajo, sino que también lo pueden hacer por arriba. Algún cerramiento que se aflojó, entrada de agua de lluvia por alguna abertura o puerta mal cerrada. También, algún tambucho mal cerrado. Muchas pueden ser las razones y el temor surge además en estas horas, teniendo en cuenta las tormentas con mucha agua y viento de las últimas 48 horas.
Se conoció las noticia del hundimiento de algunas embarcaciones en los últimos días. Principalmente de barcos de madera, donde quizás alguna mala junta, algún rumbo o filtración constante provocó la entrada de agua y por ende la perdida de flotación. En algunos casos, según las versiones, cuando lo marineros o propietarios intentaban sacar el agua, no podían accionar las bombas de achique, ya que las baterias de las embarcaciones estaban “muertas” debido al extenso tiempo sin uso.
Si bien se habla de varios hundimientos por estas causas, a nosotros nos consta sólo uno que sucedió en las últimas horas en una amarra privada del Barrio Náutico Albanueva en Tigre, donde el barco siniestrado fue un crucero clásico de madera.
En las Guarderías
Si bien las lanchas y sport cruiser que se encuentran alojados en guarderías y camas, están protegidas de las inclemencias del tiempo, no escapan a la realidad del no uso por la cuarentena obligatoria. La preocupación en este segmento de usuarios pasa principalmente por el agotamiento de baterías al no encender los motores durante mucho tiempo (más de tres meses según algunos comentarios en RRSS).
Otra causa que afecta a todas las embarcaciones es el combustible en los tanques. El mismo sedimenta la suciedad que puede contener y puede provocar suciedad en los conductos cuando se pone en marcha nuevamente y esto afectar inyectores y otros componentes de las plantas impulsoras.
También, resecamiento de mangueras, perdidas de fluídos, entre otras cosas.
Si bien los permisos para permitir a los propietarios ver sus embarcaciones no es responsabilidad de los Clubes Náuticos, Marinas y Guarderías, ya que ellos también cumplen con las reglamentaciones establecidas por el Gobierno Nacional, es una buena idea intentar de articular charlas y gestiones con Asociaciones Náuticas, Cámaras Empresarias, Prefectura Naval Argentina, Municipios donde están radicadas y guardadas las embarcaciones, para que entre todos se puedan gestionar permisos especiales y de esa manera poder atender las necesidades de los dueños de embarcaciones que por estos días están preocupados por el estados de sus bienes.
Desde este lugar, llamamos a la atención de las autoridades y entidades responsables para que se pueda llagar a un buen puerto con esta problemática que afecta también a la actividad náutica, fundamentalmente a los propietarios de embarcaciones deportivas.