Fue durante la mañana del miércoles, el “convoy” salió del Río Reconquista, cruzó el Luján y se metió en el Carapachay
Una inusual imagen captamos en la mañana del miércoles en el Río Lujan. No era un nuevo Yate, no era una sofisticada lancha, no era un moderno Catamarán, no era un osado Velero. Era una enorme pileta de fibra de vidrio de unos 7 metros y 1,50 metros de profundidad. La misma era empujada por un trcuker con solo dos personas, que con mucha destreza y habilidad hacían navegar la piscina en las tranquilas aguas del delta.
El improvisado “convoy” navegó lentamente por el Río Reconquista. Salió al Luján remontando el río unos 800 metros hasta el Carapachay. Ahí ingresó donde luego de unos instantes lo perdimos de vista.
La otra opción de transportar estas grandes piletas de fibra de vidrio es a bordo de un una “chata”, las embarcaciones que están preparadas para carga. No obstante, esta opción de llevarlas flotando, si bien puede ser mas riesgoso, es una mas simple de resolver el traslado del la piscina que muy pronto otorgara relax y placer en algún sitio de la isla.
