El Moscova, buque ruso

El Kremlin lo admite, a pesar de que no queda claro si los daños los ha provocado un ataque ucraniano o un accidente

El ministerio de Defensa ruso ha reconocido este jueves por la noche que el barco de guerra Moscova, uno de los más importantes de la armada del Kremlin, se ha hundido. A primera hora el ejército ucraniano había afirmado que el barco insignia de la flota rusa del mar Negro había empezado a hundirse, pero Moscú lo había negado. Finalmente, el gobierno ruso ha informado de que el barco ha acabado hundiéndose cuando lo estaban remolcando de vuelta al puerto –probablemente, en Sebastopol– en medio de un tiempo tempestuoso, después de una explosión y de un incendio, según informan agencias de noticias rusas.

Ucrania asegura que el barco ha quedado afectado por un ataque con misiles, pero a estas alturas resulta imposible saber si el incidente ha sido resultado de un ataque ucraniano o bien ha sufrido algún tipo de accidente y el posterior incendio que ha habido a bordo es el que ha hecho estallar parte de la munición. En todo caso, se confirma que el Moscova ha quedado inutilizado. Se trata del segundo gran barco naval que Rusia pierde durante la guerra en Ucrania. A finales de marzo las autoridades ucranianas aseguraron que un ataque con misiles había destruido otro navío de desembarco ruso en el puerto de Berdiansk, ciudad en la costa del Mar de Azov ocupada por las fuerzas rusas.

Orgullo nacional

Sea cual sea la razón del incendio, los analistas de la inteligencia norteamericana y británica aseguran que la pérdida del barco es bastante significativa para los intereses del Kremlin, porque golpea el corazón de la armada rusa así como el orgullo nacional, una baja en la flota comparable con la pérdida de un acorazado durante la Segunda Guerra Mundial o un portaaviones hoy en día.

Diferentes agencias de información e instituciones especializadas en armamento han destacado que el barco de guerra ruso Moscova, de 186 metros de eslora –algo más de la mitad de la eslora del barco de guerra más grande del mundo, el portaaviones Nimitz, de la marina de los EE.UU.–, cuenta con una tripulación de casi 500 marineros, que han sido evacuados. Es el orgullo de la flota naval rusa en el mar Negro y fue construido originalmente para la armada soviética. En los años 80 recibió el nombre de Slava y fue rebautizado como Moscova el 1995 después de una renovación a fondo. Volvió a entrar en servicio el 1998, según la web especializada militar Naval-technology.com.

El barco, además, tiene una especial significación histórica que, en estos momentos, casi resulta paradójica. El momento más relevante de la era soviética fue su participación en la Cumbre de Seasick, el 1989, cuando Mijaíl Gorbachov conoció a George H.W. Bush, al poco de la caída del Muro de Berlín. Los dos hombres tenían que reunirse a bordo del entonces Slava, amarrado en Malta, para la cena con la cual marcarían el final de la Guerra Fría. El mar agitado retrasó el encuentro y obligó a Gorbachov y al presidente Bush a reunirse a bordo de un crucero más estable, el Maxim Gorki.

El Moscova estaba armado hasta los dientes y tiene una gran gama de misiles antinave y antiaéreos, así como torpedos y cañones navales y sistemas de defensa de misiles ofensivos. Sus cubiertas alojaban 16 sistemas de lanzamiento para misiles de crucero supersónicos P-500 Bazalt. También tenía misiles tierra-aire de largo alcance, misiles tierra-aire de corto alcance y cañones de doble objetivo, que pueden atacar al enemigo ya esté en el agua o en el aire. Incorporaba, además, seis sistemas de armas cercanas, que están diseñadas para destruir misiles que se dirijan a la nave. Teniendo en cuenta este rango de artillería, se diría que se puede optar por atacar el Moscova desde el agua. Pero tiene dos morteros antisubmarinos y diez tubos de torpedo. No se explica, pues, cómo puede haber recibido el impacto de misiles ucranianos. Sea cual sea la razón del incidente –también podría ser debido a un mantenimiento muy pobre–, tanto Londres como Washington han asegurado que el episodio muestra una “incapacidad” sorprendente del mando ruso.

Significado simbólico también para Ucrania

El barco también tiene un significado simbólico para Ucrania, puesto que fue uno de los barcos implicados en el famoso intercambio en la isla de las Serpientes en febrero, según ha asegurado Oleksii Arestóvich, asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Una supuesta grabación de audio de finales de febrero, cuando los rusos se acercaban a la guarnición de Ucrania de la isla de las Serpientes, en el mar Negro, permitió oír a un oficial ruso diciendo a los ucranianos del enclave: “Este es un barco de guerra militar. Este es un barco de guerra militar ruso […]. Os sugiero que dejéis las armas y os rindáis para evitar derramamiento de sangre y víctimas innecesarias. En caso contrario, seréis bombardeados”. Un soldado ucraniano los puso en marcha sin contemplaciones. El episodio, sin embargo, forma parte más bien de la leyenda de los primeros días de la guerra, porque lo que primero pareció una resistencia heroica, después se ha demostrado que no lo fue.

Fuente: ARA

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