Hace unas semanas, Lucía Induraín se consagró medalla de Oro en los últimos Juegos Sudamericanos en Colombia. Nos comparte los desafíos que enfrentó en un deporte tradicionalmente liderado por hombres
Lucía Induraín nació hace 26 años en Miramar, sobre la costa bonaerense argentina. Desde allí supo construir una carrera, que todavía está lejos de alcanzar su techo. Hace unas semanas, se consagró con la medalla de Oro en los últimos Juegos Sudamericanos en Colombia.
“Las finales seguidas, los podios y, ahora, el Oro. Se siente tan diferente a todo que no tengo cómo explicarles lo que es para mí”, escribió en sus redes sociales la campeona. La playa de Santa Marta, Colombia, fue testigo de los últimos Juegos Sudamericanos que ganó la atleta miramarense en la categoría Open Women Shortboard.
La presencia de mujeres en el surf no solo ha sido relevante para las adultas, sino que también ha impactado profundamente a las jóvenes.
Lucía, desde El Salvador, nos cuenta que este primer Oro es el resultado de su tenacidad y enfoque, sin perder el sueño por delante. “Este oro es resultado de un largo proceso, representa lo que vengo sembrando todo este tiempo y el sacrificio y las lágrimas”, dice. “Saber que hay que confiar en el camino que elegiste y hacerlo con todo el corazón, que vas a llegar”.
Las mujeres y el surf: empoderamiento que crece
La figura de la surfista femenina se ha convertido en un modelo a seguir para las adolescentes, mostrándoles que no hay límites para lo que pueden lograr y que la determinación y la pasión son clave para alcanzar sus sueños.
Lucía cuenta que empezó a surfear cuando tenía 12 años, en la playa El Náutico de Miramar. “Tiraba el body en la orilla y me paraba, y en eso me ve un guardavida y me pregunta si quería probar una clase y me animé. Fue una sensación que hasta hoy recuerdo y me apasiona. Así empecé, me regalaron una tabla y me metí todo el invierno y en 2011 empecé a competir”.
El surf femenino en Argentina ha crecido más allá de las expectativas y ha dejado una huella imborrable en el deporte y la sociedad en general. Las mujeres surfistas continúan escribiendo una historia de empoderamiento, resiliencia y pasión que inspira a todos, independientemente del género, a abrazar sus sueños y a luchar por un mundo más justo y equitativo.
En un mundo donde las niñas y mujeres suelen enfrentar presiones sociales y expectativas limitantes, el surf se presenta como una oportunidad para desafiar esas barreras y para que se sientan fuertes y capaces. Lucía se ha convertido en una referente para jóvenes surfistas de la región, demostrando que el talento y las condiciones se potencian con valentía, disciplina y enfoque.
En un deporte como el surf, que ha sido tradicionalmente dominado por hombres, las mujeres han emergido como fuerzas imparables, rompiendo barreras y desafiando estereotipos. En Argentina, la presencia femenina en el mundo del surf ha crecido exponencialmente, lo que enarbola un mensaje poderoso de empoderamiento y superación.
Mujeres en el surf: lo conquistado y lo que falta
Luego de años de solicitud y trabajo ante las asociaciones participantes, se logró la equidad salarial y de oportunidades. La presencia de mujeres en el surf ha sido fundamental para derribar estereotipos de género arraigados en la sociedad.
El surf es una actividad que va más allá de lo físico; también tiene un impacto profundo en el bienestar emocional y mental. Para las mujeres que participan en este deporte, el surf se convierte en un medio de empoderamiento personal y liberación. “Ver mujeres surfeando ayuda a que otras se animen a hacerlo. Es un deporte solitario o bien, podes hacerlo en comunidad. Y la comunidad es importante, dado que cuando estás en el agua sos vulnerable”, dice Lucía.
Lucía Induraín, la surfista argentina que es medalla de Oro y brilla en el mundo. – Créditos: Gentileza Lucía Induraín
Además, el surf proporciona una comunidad sólida y de apoyo, donde las mujeres encuentran amistades significativas y la oportunidad de crecer juntas. Esta red de surfistas femeninas alienta a nuevas generaciones a sumarse, creando un círculo virtuoso de inspiración y empoderamiento.
Lucía reconoce que aún falta para la igualdad plena. “Siempre la vida de la mujer en torno al deporte es más difícil que la del hombre, por lo que estamos en desventaja. Por ejemplo, los premios económicos de las competencias, siguen sin ser igualitarios, y mismo en el pico que se permite surfear a mujeres(lugar donde se compite en el surf: se busca el pico de la ola, para surfearla y luego se califica el estilo de surf frente al jurado que puntea). También seguimos siendo minoría y algunos varones nos respetan menos por eso mismo”.
El oro y las consagraciones de Lucía, no sólo son ejemplo de superación y disciplina, sino de valentía y demostrar su talento en un ambiente “varonil”: “Imaginate que a los 14 años competía en las categorías de hombres y, muchas veces, les he ganado a hombres más chicos. Creo que también eso me dio la fortaleza de poder resolver muchas situaciones”.
Es más difícil ser surfista mujer, pero poco a poco esto va mejorando. “Si seguimos luchando y mostrándonos fuertes y competitivas, todo va a mejorar y va a poder ser, finalmente, igualitario en todo sentido”.
Lucía dice que le gustaría que la recuerden como la surfista que más logros le consiguió a la Argentina, y está preparando su próximo paso deportivo desde las playas de El Salvador. “Sigo entrenando porque estoy clasificada para el Panamericano de Santiago de este año, y para mí y mi equipo significa un gran objetivo. Voy a tener dos meses de entrenamiento duro para llegar lo mejor posible”.
