El Lagoon 60 rompe los esquemas de espacio y ofrece un modelo en el que la superficie de la bañera se multiplica para brindar más posibilidades de sentirse cerca del mar. Los interiores amplios y exquisitamente decorados satisfacen los requerimientos de un público fiel pero exigente, y que cada vez pasa más tiempo a bordo, realizando travesías más largas
El astillero francés cumple 40 años y lo festeja completando una gama de catamaranes que desde sus inicios suma más de 7.000 unidades navegando por todo el mundo.
En el Lagoon 60 es fácil olvidarse de que estamos sobre un barco, si no fuera por las excepcionales vistas que permite de los sitios que visitemos. La bañera y cubierta principal es despejada, amplia y sin obstáculos, debido a que toda la maniobra ha sido reenviada al puesto de gobierno en el flybridge.
Un pasillo central lo conecta todo, desde la plataforma de baño hasta el espacio de proa pasando por espacios sombreados, un interior protegido y el soleado cockpit de proa.
El diseño es una combinación de grandes experiencias. Por una parte, las líneas principales que afectan al rendimiento del barco en navegación a vela fueron diseñadas por el reconocido estudio VPLP Design. El diseño exterior es obra de
Patrick le Quément, mientras que el diseño interior ha surgido del tablero de Nauta Design.
Se ha revisado completamente el concepto de catamarán y no cabe duda que el punto fuerte es la bañera que, naturalmente, cuenta con un gran espacio que propicia la propia manga, pero, aun así, se ha encontrado la forma de ampliarla para que la experiencia de estar en contacto con el mar sea incomparable.
El flybridge no solo concentra el área de trabajo si no que también incluye un amplio solario hacia proa y un sofá en L con un mueble bar hacia popa. Como el mástil ha sido desplazado hacia proa, se ha recalculado la superficie vélica y se ha ganado espacio, particularmente en el salón interior, que se ve totalmente despejado. De lo contrario el mástil estaría ubicado en el centro.
En conclusión, el Lagoon 60 incluye todas las formas de relajarse y disfrutar del mar.
Navegar en comunidad
Hay gente que navega en solitario y gente que navega con multitudes. Con cinco cabinas es casi como navegar con la comunidad del edificio. Las opciones de interior varían en el número de cabinas: se puede optar por cuatro o cinco. En la versión de cuatro cabinas la cocina está separada. Una parte en el casco de babor en popa incluye una cocina completa, incluso con una mesa para cuatro personas. En la otra parte se despliega un mueble bar muy completo. La versión de cinco cabinas distribuye tres de ellas en el casco de babor y dos en el de estribor. El camarote principal está situado a babor y ocupa una buena parte de la eslora. En este caso la cocina está totalmente integrada en el salón. En ambas configuraciones se ha considerado incluir dos cabinas de tripulación que ocupan la parte de proa de los cascos. La configuración de interior es muy práctica, tanto en la versión privada como en la versión que podría estar destinada al chárter.
Libre circulación
La cubierta principal destaca ampliamente por el espacio destinado a la bañera, que no solo tiene las plataformas de baño de cada casco, si no que además cuenta con una plataforma que puede contener una embarcación auxiliar, pero que también puede descender hasta sumergirse en el agua. Este elemento es muy apreciado porque nos permite disfrutar del mar con total seguridad y su accionamiento no requiere más esfuerzo que el de apretar un botón.
Por si esto fuera poco, los laterales de la bañera son de alas abatibles por lo que no solo amplía el espacio a un mismo nivel, sino que además se mejora la visibilidad sobre entorno y el contacto con el mismo. En la bañera encontraremos diferentes formatos de sofá a cada cual más confortable y es posible montar una mesa para ocho personas y aun sobra espacio.
Desde la bañera es posible acceder a la proa mediante caminos diferentes. Los pasillos laterales, más elevados y con acceso mediante algunos escalones, y un pasillo central que desde la plataforma de baño dirige sin interrupciones hasta el cockpit de proa al cual accedemos mediante una puerta que cumple con exigentes normas de seguridad. En proa encontramos este espacio soleado y cómodo que también ofrece varias posibilidades para sentarse o recostarse, si es que no optamos por la red que siempre genera una sensación extraña pero agradable, con el sonido de las proas cortando el agua.
Recuerda que es un barco
Al entrar en el salón es posible olvidarse que es un barco y, si no fuera por el casi imperceptible movimiento, bien podríamos estar en un apartamento de lujo.
Si bien el puesto de gobierno cuenta con toda la información necesaria, en el salón se ha dispuesto una mesa de navegación apenas entrar, a pie de la escalera que lleva a la cabina principal, como para echarle un vistazo a la travesía antes de ir a dormir.
En la embarcación que tuvimos la oportunidad de ver en el propio astillero el día de su botadura, la configuración era de cuatro cabinas, por lo que la cocina estaba dividida. Apenas entrar al salón, una encimera y mueble bar en la banda de babor conecta el área de la bañera con el espacio de living. Esta área está compuesta por dos espacios bien marcados, dos sofás en L y un sofá simple; realmente un espacio muy cómodo y en el que caben muchas personas que pueden mantener sus conversaciones paralelas sin molestarse.
Indiscutiblemente nos encontramos ante una embarcación capaz de realizar largas travesías y que tiene la cabida suficiente para albergar muchas personas.
Las cabinas son cómodas y están bien iluminadas por las ventanas de casco, pero también por las escotillas de cubierta que, por otra parte, permiten una correcta ventilación de cada uno de los espacios. La versión de cuatro cabinas tiene la principal situada en la banda de estribor y es realmente espaciosa. La cama se ha dispuesto perpendicular a la línea de crujía, por lo que la ventana del casco ofrece una panorámica inmejorable. Sin embargo, lo que más destaca es que tiene acceso desde el interior del salón, pero también tiene un acceso directo hacia el exterior, a la bañera y a pie de la escalera que sube al puesto de gobierno. De esta forma es posible despertarse e ir directamente a darse un chapuzón al mar o subir a fly para ver cómo va la travesía.
Navegación sencilla
Con 18 metros de eslora y casi 10 de manga, se ha de ir con cuidado: evidentemente no es un barco para llevar en solitario. El puesto de gobierno está situado en el flybridge y, aunque comparte uso con áreas de ocio, el espacio de maniobra está muy bien diferenciado y todos los elementos necesarios están al alcance de la persona que esté al mando y que puede maniobrar prácticamente sin esfuerzo alguno. Es interesante que en el lado de babor se hayan dispuesto unos mandos de motor para poder tener buena visibilidad en casco de aproximarse a un muelle por esta banda. La visibilidad del puesto de mando es magnífica en los 360° pero el flybridge está muy alto y no hay visibilidad de la parte baja de la banda de banda de babor. Los catamaranes cuentan con la gran ventaja de tener los propulsores muy separados y esto facilita el gobierno con el timón a la vía. Así y todo, el casco de estribor lleva hélice de proa, para tener aún más control.
Botadura y visita al astillero
La asistencia a la botadura del primer ejemplar del Lagoon 60 también incluyó una visita guiada al astillero que ocupa las antiguas instalaciones de CNB (Construction Navale Bordeaux). El recorrido, aunque sin la posibilidad de hacer fotos, fue muy interesante porque el nivel tecnológico y organizativo del astillero es sorprendente. Cada pieza de un barco está identificada con el número de pedido y el control de calidad es continuo y realizado en cada estadio de la construcción.
El laminado se realiza mediante el sistema de infusión de resina para lograr un casco rígido y ligero. Los diferentes moldes van dando forma a las bandas externas de los cascos, el casco central y las bandas internas de cada casco y la cubierta por otro. Durante el proceso se van instalando los diferentes sistemas y un puente traslada y monta los diferentes espacios que llegan a su sitio final con las instalaciones montadas dispuestas para conectar a sus respectivos terminales. Paso a paso hasta que llega el momento de poner la tapa, o mejor dicho la cubierta. Es muy interesante el nivel organizativo del astillero, a tal punto que cada sección cuenta con la posibilidad de que las personas trabajadoras aporten soluciones que mejoren el sistema de montaje, estas soluciones se estudian casi semanalmente y, si aportan positivamente al desarrollo, se ponen en práctica. Este sistema permite que la plantilla al completo trabaje en pro de la calidad, porque el producto es mejorado continuamente en cada una de las funciones necesarias. Así, llegada la hora de navegar, el barco pasará por un período de pruebas técnicas realizadas por el propio astillero que llevan aproximadamente dos meses; después de este período se realizan los ajustes pertinentes y será entonces cuando tendremos la posibilidad de navegar para ofrecerles la prueba de mar con todos los detalles.
En conclusión, el nuevo Lagoon 60 cuenta con todos los ingredientes para satisfacer a una clientela verdaderamente exigente que pasará muchas horas gozando de su confort y seguridad de navegación.
Texto: Náutica y Yates
Fotos: Kat Marina