Hace 70 años que forma parte del paisaje y la identidad de Viedma. Hace casi dos décadas, fue puesto en valor y en enero de este año, un artista local le dio un toque distintivo. La verdadera historia del barco que fue abandonado en la costanera de la capital rionegrina.
“No tiene nombre, sólo lo identifica el número 345. Fue pintado por alumnos del artista Juan Marchesi, con elementos que aportó la municipalidad de Viedma. Se encuentra en la costanera norte, muy cerca del puente Villarino. Es pintoresco, ideal para sacar un par de fotos”, explican.
El viejo casco de hierro, oxidado por el tiempo y las mareas, lleva más de medio siglo embicado en la costa del río Negro. Por encima de la cabina de mando condecorada con grafittis, aún se puede notar una rotunda chimenea. La popa apunta al puente Villarino y la proa enfila a tierra firme, en una navegación imposible por el pasto ribereño.
Esa antigua chata motora, 328-B del Servicio Oficial de Navegación del ministerio de Obras Públicas de la Nación, operó en aguas del río Negro entre 1924 y 1950, remolcando cargas hasta la confluencia con el río Neuquén, recuerdan.
“No es barco, porque es un lanchón que transportaba mercaderías por el río, creo que hasta Choele Choel. Y efectivamente, no está hundido, sino encallado en la costa adrede”, explicó Marcela Ruibal.
Los trabajos para la estabilización de márgenes, inaugurados en noviembre de 2002, desenterraron el casco de la embarcación, que se encontraba tapado parcialmente por sedimentos y vegetación, para preservarlo como parte del paseo de la costanera.
La vieja estructura es uno de los escasos testimonios subsistentes de los tiempos del transporte fluvial, cuando esa chata y las 326-B, 327-B y 345- B transportaban aguas arriba mercadería general y retornaban con “frutos del país”, como consignaban los manifiestos de carga.
“Estas embarcaciones remontaban el río hasta General Roca y cerca de San Javier vivía mi abuela Margarita Henry de Rousiot. Con 14 hijos, al pasar les dejaban bolsas con alimento. Esos inmigrantes hicieron patria”, recuerda Elda.
Dos de ellas están bajo las aguas al pie del muelle de Prefectura Nacional, en Carmen de Patagones, otra en un plano inclinado en los antiguos talleres de ribera de Obras Públicas. La cuarta, en esta capital, será el eje básico de una iniciativa para convertirla un monumento histórico integrado al paisaje.
Fuente: Noticias Net