Foto: Mariano Antúnez. Thiago Passeri Pezzati y un "aerial" para lucirse en Miramar.

Desde este viernes en Punta Rocas, Perú. El joven marplatense de 16 años llega a esta cita tras lograr los dos triunfos más importantes de su carrera en Guatemala y El Salvador

“Thiago ya me superó… El alumno pasó al maestro. Y para un padre, no hay logro más hermoso”, afirma Martín Passeri desde Punta Rocas, Perú, mientras sigue de cerca la actuación de su hijo de 16 años, recientemente convocado por la Selección Argentina para el Mundial Junior de surf.

En los últimos años, Thiago Passeri protagonizó una irrupción meteórica: primero en la categoría junior, dominando cada fecha nacional e internacional, y desde fines del año pasado en la división Open, compitiendo de igual a igual con atletas adultos. Ahora llega con dos victorias resonantes en el circuito latinoamericano (ALAS), conseguidas con apenas semanas de diferencia en Guatemala y El Salvador frente a los surfistas mejor ubicados del ranking.

“Quizás todo esté ocurriendo muy rápido, incluso antes de lo esperado, sobre todo por enfrentarme a rivales con más experiencia. Pero mientras aprendo y disfruto, me impulsa. Ganar de esta manera me confirma que estamos eligiendo el camino correcto”, asegura Thiago, quien obtuvo la medalla de bronce en el último Mundial Junior y ahora intentará superar ese récord.

El 2024 fue un año frenético: compitió en nueve países, participó en 21 eventos, disputó 24 finales y se quedó con 16 victorias. Una cifra impresionante para su edad.

Thiago aparece como un heredero ideal para un competidor nato como Martín Passeri, el surfista más laureado de la historia argentina, pionero del profesionalismo en el país y hoy referente como entrenador.

“Desde los 12 años, cuando decidió que quería dedicarse al surf, Thiago no frenó nunca. Tiene un sueño enorme y honra cada entrenamiento como si fuera una final. Está comprometido, busca superarse y encontrar su mejor versión sesión tras sesión. No sé si supera mis expectativas; prefiero pensar que está cumpliendo las suyas. Mi rol es acompañarlo y ayudarlo a levantarse cada vez que haga falta. Y si en algún momento ser entrenador interfiere con ser padre, voy a ser el primero en dar un paso al costado”, remarca Martín.

Thiago, por su parte, vive la comparación con naturalidad: “No siento presión por lo que papá fue. Al contrario, es un privilegio enorme todo lo que hizo y lo que es, como surfista y como persona. No lo veo como una sombra, sino como un faro”.

Tenerlo cerca también lo ayuda a transitar el sacrificio de estar lejos de Mar del Plata y del entorno que dejó atrás. “Viajar es increíble y agradezco poder hacerlo con él, pero también es un sacrificio que desde afuera no siempre se ve: mucho entrenamiento, disciplina, tiempo fuera de casa, lejos de amigos y familia. A veces cansa, se extraña mucho y uno puede sentirse solo. Pero tenemos una misión y hay que cumplirla. Sé que esto es lo que quiero para toda mi vida, y ahora es el momento de esforzarse. Ya llegarán etapas más tranquilas”, reflexiona.

Desde este viernes comienza el Mundial. “Es un campeonato duro, exigente, que desgasta, pero tenemos un gran equipo detrás y mucha confianza”, dice Thiago, decidido a subir otro escalón y seguir soñando con lo máximo: llegar al Championship Tour, donde compiten los mejores 34 surfistas del planeta. Un objetivo que ningún argentino alcanzó. Todavía.

Fuente: La Capital de Mar del Plata

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