Los vecinos le llaman el “yate de Putin” por el enorme secretismo que rodea al barco
Tras haber congelado más de 140 millones de euros en activos de oligarcas rusos cercanos al Kremlin, el gran misterio que concentra ahora los esfuerzos de la policía italiana es un superyate de 140 metros llamado Scheherazade , atracado desde septiembre en la población toscana de Marina di Carrara.
La Guardia di Finanza (policía de fronteras y delitos fiscales) estaba ayer investigando si esta embarcación es de propiedad rusa, o, incluso, como se ha llegado a especular entre los lugareños, si su dueño puede ser hasta el mismo presidente Vladímir Putin. Los vecinos de la zona, curiosos, le llevan llamando “el yate de Putin” desde hace meses. “No es fácil ni rápido encontrar a los propietarios de un barco así. Pero no podemos descartar todavía que sea de Putin”, aseguraban ayer a La Vanguardia fuentes de este cuerpo.
Sin embargo, el capitán del superyate, el británico Guy Bennett-Pearce, ha negado a The New York Times que el presidente ruso haya estado en esta embarcación. Otros expertos han dicho que el yate vinculado a Putin sería un barco más pequeño llamado Graceful , que pocas semanas antes de la invasión navegó desde Alemania al puerto ruso de Kaliningrado.
Hay un gran secretismo que rodea el Scheherazade . No solamente la tripulación ha firmado contratos de confidencialidad –como en otros yates de este tipo– sino que además una cubierta esconde la placa de identificación del barco. Cuando llegó a Marina di Carrara se construyó una valla metálica en el muelle para ocultar la identidad de los ocupantes, algo que según los residentes jamás había pasado antes. Se sospecha que es de un magnate ruso porque, además, Scheherazade es el título de una sinfonía del compositor ruso Nikolái Rimski-Kórsakov. Entre los mayores yates del mundo es el único del que no se conoce el dueño, lo que ha alimentado más si cabe las sospechas. Tiene dos helipuertos, una piscina con cubierta retráctil que se transforma en una pista de baile y un gimnasio. Está valorado en 700 millones de euros.
Fuente: La Vanguardia