Un empresario alemán pretende poseer uno de los yates de lujo más eficientes y reconocibles del mundo. Para ello, ha unido al estudio de diseño Red Yacht Design con los arquitectos navales de Dykstra Naval Architects, una alianza que ha dado como resultado el ICE Kite, un superyate de 64 metros de eslora de líneas futuristas que puede navegar ayudado por una cometa y escoltado por un barco de apoyo repleto de vehículos como un hidroavión o un minisubmarino. Según sus creadores, el armador está considerando ordenar la construcción de la embarcación en un astillero de los Países Bajos.

El ICE Kite es mucho más que un barco con cometa. Para empezar, con sus 64 metros, será el yate más largo con desplazamiento inferior a los 500 GT. También llama la atención la gran cantidad de vidrio utilizado -más propio de un superyate de mayor eslora-, lo que garantiza una entrada generosa de luz natural a las entrañas de la embarcación y permite una mejor integración de los espacios interiores y exteriores. Y, es que, eso es lo que precisamente exige el armador: sentir que forma parte del mar, como un animal marino más.

El yate disfruta de un espacio exterior de 475 metros cuadrados, suficiente para ubicar un enorme beach club en la popa de la cubierta principal, que incluye una piscina y una zona de esparcimiento compuesta por varios juegos de tumbonas. A la hora de comer, una docena de invitados puede degustar los manjares preparados por la tripulación en el comedor exterior. Y, para rematar la jornada en alta mar, qué mejor que celebrar una fiesta en el flybridge, donde encontramos una barra de bar de grandes dimensiones, un jacuzzi, hamacas o una barbacoa. En proa hay un pequeño helipuerto para llevar a los pasajeros hasta tierra firme (o para embarcar) cuando la profundidad del agua no permita acercarse a la costa.

Cuando un invitado suba a bordo, el armador la dará la bienvenida en el salón, que consta de dos secciones interconectadas -el salón principal y la sala ‘kite’– que ofrecen una vista exterior sin interrupciones, de popa a proa. La sala ‘kite’ está rodeada de vidrio para ofrecer una vista esférica de 180 grados; el objetivo es que los pasajeros puedan contemplar el vuelo hipnótico de la cometa durante la travesía.

Hasta 10 personas pueden pernoctar a bordo repartidas en cuatro cabinas. En la cubierta inferior llama la atención el spa, que cuenta con un acceso directo desde el camarote del armador y otro para invitados. Es el propietario quien decide si disfrutar de esta zona en soledad o en compañía. Mención aparte merece el camarote del armador, que ocupa toda la manga y disfruta de vestidor, baño privado y despacho.

Una de las premisas del ICE Kite es el uso de “tecnológicas ecológicas reales”. Descartada la propulsión diésel-eléctrico por los problemas que suele generar dicho sistema, la apuesta pasa por un consumo óptimo de motores diésel y el diseño de casco de baja resistencia con líneas que favorecen el uso de la cometa en determinadas condiciones del viento. Respecto a materiales y con el objetivo de aligerar el peso, el casco será construido en aluminio y la superestructura, en fibra de carbono. Con dichos ingredientes, la embarcación alcanza una velocidad máxima de 17,4 nudos con dos motores principales MAN V8 de 2.000 caballos.

El ICE Kite no viene solo. Le acompaña su barco de apoyo, el ICE Ghost, de 26 metros de eslora y diseñado a imagen y semejanza de la nave nodriza. Su misión es transportar los juguetes del armador hasta los lugares más recónditos del planeta. Entre los vehículos que puede almacenar en cubierta, destacan un hidroavión Icon A5, un minisubmarino U Boatworx Superyacht Sub, una semirrígida de alto rendimiento diseñada por Red Yacht Design y capaz de alcanzar una velocidad de 60 nudos y dos motos acuáticas Seadoo. En su interior hay un enorme garaje donde guardar equipos de buceo, una flotilla de islas flotantes -Chilli Island- y un sinfín de cachivaches para navegar y disfrutar en familia. Una grúa de seis toneladas se encargará de las operaciones de carga y descarga de los vehículos.

Pero el ICE Ghost es mucho más que una embarcación auxiliar, ya que el armador pretende utilizarla como una sala de fiesta flotante cuando la cubierta está libre de vehículos. Así, la cubierta principal cuenta con cocina completa, mientras que la inferior se presenta con dos cómodos camarotes gemelos para acomodar a cuatro invitados o a miembros de la tripulación.

Para poder enfrentarse a las condiciones meteorológicas más adversas (pues tendrá una certificación CE Ocean Categoría A), el casco será de acero y la superestructura, de fibra de carbono y tendrá una velocidad máxima de 16 nudos con dos motores principales 2X 800 HP Man.

Fuente: www.expansion.com/nauta360

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