El fallecido, de 59 años y vecino de A Coruña, estaba nadando en la playa de Silgar. Su cuerpo fue trasladado al puerto deportivo
Juan Manuel Tábara Rodríguez, de 59 años, vecino de A Coruña y uno de los mayores expertos en cirugía intraocular de Galicia, falleció la tarde del viernes presuntamente arrollado por una embarcación en el municipio de Sanxenxo cuando estaba nadando en las inmediaciones de la playa de Silgar. El suceso ocurrió poco después de las seis, informó el servicio de emergencias del 112.
Según comunicó el Concello de Sanxenxo, el fallecido se encontraba nadando con otra persona aparentemente en la zona de baño de la playa de Silgar. La versión facilitada por el Concello indica que la embarcación citada no vio a las dos personas en el agua y supuestamente pasó por encima de uno, que falleció en el acto. El segundo bañista no ha resultado herido.
La popular playa de Silgar se encontraba este viernes muy frecuentada al coincidir la fecha festiva con un día soleado, pero la zona de baño no está acotada porque no se colocan las boyas hasta la temporada de verano. Hasta el arenal de Silgar se desplazó una unidad de la Guardia Civil de Sanxenxo, cuya presencia en la playa causó gran revuelo entre los usuarios y personas que estaban paseando por el frente marítimo, ya que la mayoría desconocía qué ocurría.
Se trata de una lancha rápida de competición del equipo de Sanxenxo “Tuentichu” que participaba en pruebas de la clase “Endurance”. De hecho, estaba anunciada su participación este fin de semana en una competición en Benalmádena, prueba con la que iban a estrenar el calendario de 2022. El equipo también había comunicado su presencia en campeonatos en Blankerberge (Bélgica), en junio, y en Como (Italia), durante el segundo fin de semana de octubre.
Según expertos en reglamento marítimo, aunque la playa que no esté balizada, como era el caso el Viernes Santos en Silgar, cualquier persona que patronee una embarcación debe entender que esta se extiende en una franja de 200 metros desde el litoral en la que no puede superar la velocidad de tres nudos.
No obstante, los citados expertos recalcan que más allá de los 200 metros, “y con más motivo”, sigue vigente la obligación para el bañista de nadar con la boya señalizadora; como también el patrón, en aras del principio de precaución, “debe cumplir con el principio de vigilancia”, asegurándose de que tiene la trayectoria libre de cualquier obstáculo y adecuando la velocidad en caso de cercanía de bañistas, submarinistas u otras embarcaciones.
Según las citadas fuentes, ambos nadadores usaban la boya de señalización, por lo que el piloto de la embarcación debería respetar este “principio de vigilancia”.
Fuente: La Opinión