Luego del operativo “Ventana de Agua” de Itaipú, merma fuerte el caudal en todo el cauce del río Paraná: frente al Puerto Nuevo de Paraná el sábado midió 22 cm.
Preocupación e incertidumbre afrontan hoy las localidades costeras del río Paraná, ante la bajante extraordinaria (y prevista) del nivel de las aguas que se encamina a ser más profunda que el año pasado.
Frente al Puerto Nuevo de la capital entrerriana el sábado al mediodía el río midió 22 centímetros, el registro más bajo en el último año. En una semana perdió casi un metro, en un brusco descenso experimentado como consecuencia del fin del efecto propagación que había originado la denominada operación “Ventana de agua” desde al represa de Itaipú.
Mediante ese mecanismo acordado entre los países de Argentina, Paraguay y Brasil, durante siete días la represa bi-nacional aumentó los caudales de aportes a los ríos aguas abajo, con el fin de garantizar la navegabilidad que estaba ocasionando serias pérdidas a Paraguay.
La bajante, una vez más, dejó al descubierto la malla geotextil de protección del túnel subfluvial.
Una nueva “ventana” aún no está confirmada, en un escenario más crítico porque Itaipú ya sufre la menor cantidad de agua en su embalse, debido a la falta de precipitaciones aguas arriba.
Ante esta situación de bajante del río Paraná se abre un panorama complicado para la navegabilidad, y también para las tomas de agua en las distintas localidades costeras; algunas de ellas, en Misiones y Corrientes, ya han reportado inconvenientes y modificaciones en su modo de captación de agua para potabilizar.
En Paraná, el registro del sábado y con una tendencia en descenso, quedó a apenas ocho centímetros del nivel más bajo alcanzado el año pasado: había sido 14 cm en mayo, lo que situó la marca en el piso de casi medio siglo.
Para encontrar registros bajo cero hay que remontarse a 1973; y antes, también en la década del 40.
En marzo, se había adelantado que conforme distintos pronósticos y estimaciones de organismos nacionales, el río Paraná iba a retroceder al punto que iba a tener registros más bajos que en 2020.
El Instituto Nacional del Agua (INA) volvió a advertir en las últimas horas la persistencia de la bajante, al plantear que la tendencia climática regional, con horizonte en el 31 de agosto presenta una perspectiva desfavorable, con baja probabilidad de una recuperación franca del caudal del río, en los próximos meses.
Sin embargo, más preocupante aún resulta que los especialistas van alejando cada vez más cualquier normalización del río, que inició su actual bajante en agosto de 2019.
Si bien se tratan de ciclos, de crecidas y bajantes, la bajante actual no solo es la más pronunciada, sino la más extensa que se recuerda en más de medio siglo.
Y según el informe del Centro de Predicciones Climáticas de los Estados Unidos, referencia mundial, en la actualidad se asiste al fin del fenómeno de “La Niña” en la región, con un 67% de probabilidad de que las condiciones neutrales continúen durante el invierno. Pero “La Niña” podría volver a estar presente sobre finales de 2021 e inicios de 2022.
Fuente: Uno Entre Ríos