Alumnos de los diferentes clubes y agrupaciones de canotaje limpiaron el borde costero y parte de las islas de las suciedades que afectan al río Paraná.
La bajante histórica del río Paraná tiene consecuencias sobre el cambio climático, el medioambiente, las especies, y en las personas que viven de las actividades vinculadas al río. El río sufre una de sus peores bajantes de la historia y a generado mucha conciencia en las personas que lo disfrutan a través de una deporte; en este caso el canotaje de la región.
Alumnos de la Escuela Municipal de Canotaje y de la ECENAA (Escuela de Canotaje, Expedición y Natación en Aguas Abiertas), Club Náutico y el Paraná Rowing Club se lanzaron al río para concretar una jornada de limpieza durante toda la mañana del domingo en la capital entrerriana. La basura recolectada en varias bolsas por alumnos y amigos del canotaje generó en ellos tristeza y alegría de hacerlo con niños; lo importante es sembrar la semillita de la concientización sobre el medio ambiente, pero tristeza de ver tanta basura urbana en todas las costas a lo largo de la capital entrerriana y la isla, sobre todo botellas de plástico.
Los chicos de la de la Escuela Municipal de Canotaje Escuela de Canotaje, Expedición y Natación en Aguas Abiertas se juntaron en el Balneario Thompson de la capital entrerriana para juntar la mugre que generamos todos y sin tomar conciencia del daño que se provoca.
También en la jornada del sábado algunos había asistido a la zona de la isla para también juntar la basura acumulada por un largo tiempo y que poco se toman cuidados. Además, estos marcados descensos modifican también el paisaje de la costa paranaense.
Durante lo que dura la bajante, llamó la atención la gran cantidad de botellas, plásticos y basura en las diferentes zonas. En esta etapa de pandemia por el coronavirus y de necesidad de tomar cuidados sanitarios en las conductas de prevención e higiene, no colabora mucho la acumulación de basura. Y, según algunos los amantes del río, tampoco hubo operativos de control y limpieza en esos tramos costeros de la ciudad. Por eso la alumnos se vienen volcando al río para limpiar y generar un lindo mensaje.
De esta manera, la bajante más severa del Paraná en los últimos 50 años sigue otorgando escenas muy llamativas. Los niveles del río continúan generando gran preocupación en los especialistas.
La bajante ocupa el centro de los focos del análisis. Y en este manto de replanteos también se inscriben las consecuencias sobre el estado de los peces que caracterizan estas zona de aguas del Paraná, los impedimentos para poder acceder a algunas lagunas y las permanentes transformaciones que sufren las costas ribereñas.
Pablo Taulada, uno de los organizadores de la movida comentó a Ovación: “La iniciativa nació de palistas autoconvocados y de la Escuela Municipal de Canotaje y de la ECENAA (Escuela de Canotaje, Expedición y Natación en Aguas Abiertas). Nos juntamos en los piletones del Thompson a la mañana para limpiar un poco el río en su borde costero. Nos dieron una mano la gente de Reciclaje de la Municipalidad de Paraná”.
Luego agregó Pablo: “Los chicos arrancaron por la parte del Thompson y siguieron por el borde la ciudad hasta casi llegar al Parque Urquiza. Eso la parte terrestre. En lo náutica se sumaron los chicos de Optimist del Club Náutico de Paraná que salieron en gomones. También llevaron lanchas con la gente del canotaje. La gente del Rowing también se sumó en el río. Fueron mucho trabajando.
“Salimos un grupo a la punta del Islote y el otro grupo en la parte baja del Islote. Otro de la escuela de Canotaje Municipal estuvimos frente a la costa de la ciudad de Paraná. Otro punto que estuvimos en la Isla Puente del lado de Entre Ríos y de lado de Santa Fe. En ese lugar fue donde se encontró mayor cantidad de botellas acumuladas”, manifestó.
“Arrancamos a la mañana y todo se extendió hasta las 13.30. Fueron tres horas limpiando, pero verdaderamente quedó mucha mugre aún”, dijo Pablo Taulada.
Fuente: Diario Uno de Entre Ríos