Al rellenar el depósito de combustible ocurren en ocasiones accidentes que no debieran suceder. Algunos muy graves con resultados de destrucción completa de la embarcación, otros sólo molestos al confundirse en ocasiones el tapón del combustible con el tapón del agua de aspecto casi idéntico. Despistes que son fáciles de evitar
Por descontado que al igual que en las estaciones de servicio de los coches, debemos repostar con el motor apagado y mejor aún, con el desconectador de baterías en posición OFF, lo cual asegura que ningún aparato eléctrico esté bajo tensión y por tanto no exista posibilidad alguna de chispazo eléctrico.
Compruebe que nadie esté fumando en los alrededores! Evidente pero necesario comprobar por si acaso. A veces es un transeúnte despistado o persona que no pertenece a su tripulación será el irresponsable de turno. El resultado es tan peligroso como si lo hiciera en su mismo barco. En todo caso siempre debemos tener localizado el extintor de seguridad que lógicamente debe estar en perfectas condiciones de uso y con sus revisiones al día.
Si por error echara combustible en el depósito de agua, no le queda más remedio que vaciar todo el depósito en varios bidones pero sin utilizar la bomba eléctrica del circuito de presurización y dejar que ésta decante en los bidones antes de retirarlos en una estación de servicio. Deje decantar la mezcla y como el agua se va al fondo porque pesa más que la gasolina, ésta saldrá antes. Una idea consiste en tapar los respiraderos del depósito y meter aire a presión para impulsar todo su contenido a través de un tubo inferior de salida del depósito. Al principio saldrá todo el agua y luego el combustible. Una vez vacío tendrá que limpiar el depósito con detergente y luego aclararlo varias veces antes de poder volver a utilizarlo.
Cuando llene el depósito tenga cuidado con los chispazos producidos por la corriente estática. A veces es nuestra ropa la que está cargada y puede provocar algún peligro. Toque una zona de metal para descargarse de una posible carga estática y antes de echar combustible comprueba que la parte metálica de la manguera ha tocado la parte metálica de la toma de combustible para pasar a “tierra” cualquier carga estática que pudiese quedar. Esté pendiente del rebosadero, pues es fácil perder un buen chorro de combustible por éste cuando el tanque queda lleno. Al final vaya despacio, pues además de ser antiecológico tirar combustible al rio, lo pondrá todo perdido y necesitará aclarar la cubierta o la zona del rebosadero.
Antes de encender el motor, ventile el compartimento del motor o la sala de máquinas y si huele a combustible fuerce la ventilación hasta que se hayan ido todos los vapores peligrosos. Si el motor está muy caliente porque acaba de meterle una buena paliza justo antes de recargar combustible, tenga especial cuidado con este tema pues con el calor del motor, el combustible se evapora generando los peligrosos y explosivos vapores. Es buena idea dejar enfriar el motor y salir despacio sin hacer grandes aceleraciones.