Pintura del galeón español hundido en 1708

El hallazgo de esta embarcación hundida, cuyo cargamento se estima que podría tener un valor de 17 millones de dólares, ha reabierto el debate sobre la propiedad de estas fortunas subacuáticas

El reciente descubrimiento de dos antiguas embarcaciones situadas cerca del galeón San José, que se hundió cerca de Cartagena de Indias, han vuelto a abrir el debate de los tesoros submarinos. El contenido de este barco, perteneciente a la Armada española y hundido hace más de 300 años por un buque británico frente a las costas de Colombia, se ha valorado en más de 17 millones de dólares y fue encontrado por el Gobierno colombiano en 2015.

Ahora son muchos los que quieren hacerse con este tesoro de gran valor histórico, cultural y económico. Oro, plata y piedras preciosas son algunos de los múltiples objetos que se estima que hay dentro después de que este se hundiera durante la recaudación de fondos que inició el imperio de España en Sudamérica para costearse la guerra de Sucesión Española.

De hecho, se ha llegado a especular con que el galeón San José podría poseer el tesoro hundido más grande de todos los tiempos.

Esta de las razones por las que han comenzado a surgir disputas entre los países en cuanto a la pertenencia de esta fortuna subacuática. El Ministerio de Cultura colombiano declaró el pasado mes de marzo desierta la licitación para una alianza público-privada con la empresa Maritime Archaeology Consultants (MAC) para rescatar el tesoro del pecio español hundido frente a Cartagena de Indias en el siglo XVIII, que tenía previsto un pago en especie del 45% de lo hallado.

Pero ¿a quién le pertenece el contenido del galeón San José tras su naufragio? ¿Cuál es la ley que rige en torno a los tesoros submarinos? Esto es lo que tienes que saber sobre este cargamento histórico y los países que pugnan por él.

¿A quién le pertenecen los tesoros submarinos como el galeón San José?

El galeón San José es otro más de los miles de barcos que se han hundido en las profundidades del mar. Sin embargo, el cargamento histórico de esta embarcación española se ha convertido en una tentación para Gobiernos, arqueólogos e incluso, cazadores de tesoros.

Es por ello que, durante años, los tesoros subacuáticos han generado una gran controversia cuando hablamos de su propiedad. Son muchas las partes que se han interesado en reclamarla y hacerse con el codiciado valor que desentrañan los objetos hundidos juntos al barco. Así, en las disputas más sonadas de los últimos años se han visto inmiscuidos desde la persona o entidad que encontró el barco (sea un Gobierno o una empresa de cazadores de tesoros) hasta el Estado en cuyas aguas se halló, el propietario o entiendad heredera de la embarcación o el país de origen del contenido.

En España, todo lo correspondiente al cargamento hundido viene regulado por la Ley del Patrimonio Histórico, que decreta que todo aquello que se encuentre dentro de las aguas territoriales nacionales pertenece a nuestro país. Además, la ley internacional también marca que los países tengan soberanía absoluta sobre sus aguas, lo que permite que puedan hacer lo que quieran en términos de tomar posesión.

Sin embargo, según recogió la UNESCO en la convención de 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, las embarcaciones o aeronaves de Estado pertenecen al país de su bandera, por lo que será necesario el permiso de las autoridades competentes para acercarse a ellos. Es el caso de los buques de guerra y otras naves operadas para propósitos no comerciales, que gozan de inmunidad soberana.

De esta manera, un país podrá reclamar la posesión de una embarcación hundida si fue dueño de ella en el momento del naufragio. Así, aunque esta haya podido quedar abandonada durante años en el fondo del mar, el dueño original del barco podría reclamar los derechos de posesión sobre el cargamento.

Para ello, será necesario probar que la nave servía al Estado reclamante en el momento del hundimiento. Esto supone una gran ventaja para España a la hora de exigir la posesión del navío y su contenido, pues el Archivo de Indias, el registro donde se detallan los viajes de las embarcaciones españolas, ha servido para demostrar que estas pertenecían al Estado español.

El caso del naufragio del barco Nuestra Señora de las Mercedes

El naufragio del barco español Nuestra Señora de las Mercedes marcó un precedente a la hora de gestionar los tesoros hundidos a nivel internacional.

En mayo de 2007, los arqueólogos submarinos de la empresa Odyssey Marine Exploration, dedicada a la caza de tesoros, descubrieron en el golfo de Cádiz el precio de esta fragata. Más de 590.000 monedas de plata y oro que fueron extraídas y llevadas a Estados Unidos por la compañía. Fue entonces cuando comenzó la pugna judicial entre España y la empresa norteamericana por hacerse con el contenido del Nuestra Señora de las Mercedes.

En aquel momento, la compañía cazatesoros aseguró haber encontrado el naufragio en aguas internacionales, tratando de reclamar los derechos del rescate. Por su parte, España argumentó que nunca había renunciado a la posesión de la embarcación y que las monedas debían ser parte del patrimonio nacional.

Así, bajo el principio de inmunidad soberana, un juez en Estados Unidos acabó determinando que la empresa Odyssey debía entregar el tesoro a España y, a pesar de los recursos de la compañía estadounidense, finalmente se vio obligada a entregar medio millón de monedas de oro y plata al gobierno de España.

Fuente: ABC

AVISO ASTILLERO TRENTO

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