Pueden visitarse en la base naval, de 14 a 24, hasta el lunes; hoy las tripulaciones de las siete embarcaciones harán un desfile por esa ciudad
MAR DEL PLATA.- Cientos de personas se alistan en hileras que se repiten a lo largo de más de 600 metros de frente de amarre, todas con inicio en el acceso a la planchada de cada una de las siete embarcaciones. “Vamos por la de los cohetes”, reclama un chiquito a su madre, tentado por el sólido patrullero colombiano “20 de Julio”, único que no tiene velas y está equipado con artillería para patrullajes en el mar.
Fin de la visita a uno y de nuevo momento de espera y paciencia, otra vez en fila india para esperar turno e ingreso para recorrer otro de los buques que participan de esta jornada de puertas abiertas en la Base Naval Mar del Plata, tercera escala del largo itinerario que propone “Velas Latinoamérica 2022″, una aventura náutica compartida por embarcaciones distintos países que cada cuatro años recorren en conjunto puertos de ambas márgenes del continente americano.
Por miles se cuentan los visitantes que desde ayer pueden caminar por cubierta y también recorrer dependencias interiores de las fragatas Libertad de la Argentina y Cisne branco, de Brasil; el bergantín Guayas, de Ecuador; el buque escuela uruguayo Capitán Miranda; el brigbarca Unión, de Perú; el citado OPV 20 de Julio, de Colombia, y el motovelero argentino Bernardo Houssay. Casi todas, además de participar del evento internacional, aprovechan esta navegación para formar nuevos oficiales.
“Volvimos hoy porque ayer recorrimos todas las que pudimos pero nos faltaba la Fragata Libertad, que es la nuestra y la más grande y hermosa de todas”, contaban los cordobeses Gastón y Johana, acompañados de Nicolás y Mateo, sus hijos de 9 y 6 años. “Primera vez que los traemos a conocer el mar y nos encontramos con este espectáculo, una maravilla”, dijeron a LA NACIÓN sobre esta oportunidad de tener estas embarcaciones al alcance de un paseo por sus instalaciones.
Espectáculos musicales
Esta presencia que se extenderá durante cuatro jornadas consecutivas no solo propone la recorrida por las embarcaciones sino también espectáculos musicales y artísticos en escenario montado en este sector de la unidad naval de Playa Grande, donde además se dispusieron food trucks.
Como ocurre con cada una de estas propuestas con la fragata Libertad de por medio, el éxito de público está asegurado. Las visitas se habilitaron este viernes, pero el buque escuela argentino recién estuvo alistado para hoy, por lo que no tardó en convertirse en el más concurrido.
“Nos sorprendimos de lo enorme que son estos barcos y lo que más preguntamos es cómo es que se manejan con el sistema de velas, si siempre lo pueden usar y cómo hacen cuando no hay viento”, dijeron Benito y Tomás Luna, hermanos de la provincia de Tucumán, que se fueron fascinados por lo que vieron a bordo del buque peruano “Unión”.
“Son todos muy cordiales y gentiles y además de explicarnos sobre cómo navegar y las misiones militares que cumplen, también tienen productos típicos de su país para que conozcamos más de su cultura”, detalló Mabel Di Clemente, que este jueves llegó en un tour de jubilados desde Santa Fe y también pasó por la Unión.
Estas embarcaciones están por aquí hace varios días. A comienzos de la semana pasada ya asomaban en el horizonte y el miércoles protagonizaron un desfile náutico frente a las playas céntricas, escoltadas por decenas de pequeños veleros de esta ciudad.
Para mañana está previsto que las tripulaciones compartan un desfile por las calles céntricas, espectáculo que toma aún mayor dimensión y atractivo no solo por los uniformes de los oficiales sino porque cada embarcación tiene sus formaciones musicales.
“Nos recibieron cantando en cubierta, son unos genios”, destacaba un matrimonio llegado de Capital Federal que acababa de recorrer el bergantín ecuatoriano, donde algunos oficiales interpretaban canciones de su país.
A esta jornada de puertas abiertas –que se extenderá hasta este lunes, siempre con acceso libre y en el horario de 14 a 24– también se sumaron otras fuerzas militares de tierra, que en carpas dispuestas a pocos metros de los muelles también brindan charlas, exhiben armamentos y proponen actividades recreativas para los visitantes.
La visita vuelve aún más impactante desde el atardecer cuando cada velero activa las luminarias con las que decoran sus velas. Varios de ellos, como la Libertad, Cisne branco y Unión, logran con esos cientos de focos que se reflejen sobre el espejo de agua de la Base Naval los colores de sus respectivas banderas.
Fuente: La Nación