Clásicos del Bicentenario

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Evocamos “Clásicos del Bicentenario”, el mejor encuentro de barcos clásicos que se realizó en Argentina en 2010. Fue un viaje al pasado que permitió reencontrarnos con las viejas “joyas del río”. El evento se realizó en el Club de Yates de Naval Motor en Nordelta. Participaron los más importantes barcos clásicos del nuestro país. El “Buen Ayre”, un crucero Pagliettini de 1939,  fue el vencedor de un certamen que quedó en el recuerdo de todos

Los barcos clásicos forman parte de uno de los segmentos más singulares con que cuenta el importante parque náutico de embarcaciones de Argentina.

Se destacan de manera notable numerosas naves de madera, desde lanchas que parten de los 4 metros de eslora, a cruceros, veleros y motoveleros que superan en algunos casos los 30 metros de eslora.

Se conservan impecables muchas embarcaciones pertenecientes a la última década del 1800 y otras, más contemporáneas,  se las puede observar en perfecto estado de conservación.

La gran mayoría pertenecen a históricos y trascendentes astilleros nacionales que escribieron las páginas más importantes en el libro de historia de la industria de barcos de placer por estas latitudes. Otros, en un porcentaje inferior, son dignos representantes de una inmigración de embarcaciones que fundamentalmente llegaron de Europa y los Estados Unidos.

El progreso constante, las nuevas tecnologías, las innovadoras técnicas de construcción, el simple mantenimiento y la industrialización hicieron que el plástico principalmente, pasara a ocupar el lugar de privilegio en los materiales para el armado de los barcos y de esa manera reemplazara a la noble madera.

Lentamente esos astilleros fueron inexorablemente victimas del cambio producido y con el tiempo se vieron obligados al cierre definitivo de sus puertas.

La exquisita mano de obra utilizada para la construcción, con los años también se fue perdiendo y en la actualidad son pocos los ebanistas navales que quedan para trabajar artesanalmente la madera.

No obstante, la flota de clásicos que hay en nuestro país es notable y este tipo de encuentros es una semblanza de ello.

En nuestra historia de realización de contenidos náuticos, primero con el programa “El Estuario”, luego “Paralelo Cero”. Desde hace 3 años “Esloras” y hace solo 10 meses la revista “Paralelo Cero Magazine”; uno de los segmentos mas especiales y requeridos por los televidentes y lectores, siempre ha sido y es el de los barcos clásicos.

Con los años, hemos tratado de adjetivar y denominar este segmento de embarcaciones para ubicarlos a la altura de las circunstancias. Primero fueron “las joyitas del río”, luego los llamamos “las perlitas del delta”, y hoy, teniendo en cuenta los festejos de los 200 años de nuestro país, los hemos denominado “Clásicos del Bicentenario”.

“Clásicos del Bicentenario 2010” fue y será  la excusa para esta reunión, donde la intención fundamental es convocar a todos los usuarios de barcos clásicos, amantes de lo antiguo y seguramente nostálgicos que añoran las viejas épocas, las viejas cosas.

No quisimos y queremos que un futuro sea una competencia por premios donde exista un ganador y un perdedor. La filosofía, la intención,  es compartir con los amantes de estas magnificas naves una vez por año esta reunión, este encuentro, donde la excusa fundamental sean los clásicos, los “Clásicos del Bicentenario”.

Nubes por la mañana, sol por la tarde

Antes de las 10 de la mañana del primer sábado de diciembre estaban todas las embarcaciones ya amarradas en las cómodas instalaciones del Club de Yates de Naval Motor. En ese instante el Jurado integrado por notables personalidades del mundo de la náutica (ver recuadro) y muchos de ellos integrantes del Museo de la Náutica Argentina, empezaron con su labor.

Mientras los participantes aprovechaban para dialogar con colegas, recorrer otras embarcaciones y realizar encuentros de camaradería.

Al mediodía compartimos un almuerzo y nos deleitamos con la melodía de un Cuarteto de cuerdas de músicos estables del Teatro Colón. Hasta algunos tripulantes de las embarcaciones participantes tomaron el micrófono y se animaron a unos tangos…!!

Entrada la tarde, el sol se hizo presente de manera contundente y la fiesta tomo aún más color. La marina brillo ayudada por el astro mayor y la madera de las flamantes embarcaciones se observaban más relucientes aún.

Después del postre, la música siguió sonando y la gente relajada se disponía a esperar los resultados del trabajo de los jurados, el cual después de una larga hora y muchas deliberaciones, obtuvieron los guarismos finales.

Ni vencedores, ni vencidos

Solo con la excusa de un “certamen”, se eligieron tres embarcaciones de cada categoría (lanchas, veleros / motoveleros, cruceros), las cuales según la consideración del jurado, alcanzaban algunos objetivos muy precisos y puntuales como para escalonarlas en diferentes puestos, primero, segundo y tercero. Pero todos fueron triunfadores, ya que cada barco tiene su merito, su historia, sus años,  sus horas de navegación y sus infinitos cuidados por parte de sus dueños. Por eso, es que entregamos a cada participante un kit de regalos y presentes como condecoración en la asistencia a “Clásicos del Bicentenario”.

En los jardines del Club de Yates de Naval Motor también se realizó una muestra de elementos del Museo Náutico Argentino

En una entrega de presentes, distinciones y premios, siempre dentro del marco realmente espectacular que ofrece el magnifico Club de Yates de Naval Motor en Nordelta, vivimos distintos momentos cargados de alegría, satisfacción y agradecimientos. También un instante de emoción, ya que en especial, quisimos agasajar a un hombre que desde hace muchos años trabaja en la construcción de embarcaciones y hoy es uno de los pocos ebanistas navales que quedan en nuestro medio. Un hombre de bien y un referente a la hora de hablar de clásicos y barcos de madera, el Sr. Cacho Raponi, que hoy con más de 80 años, sigue trabajando todos los días en su carpintería naval de San Fernando.

Entrega de Premios de Clásicos del Bicentenario

Finalmente, el broche de oro fue la elección del “Clásico del Bicentenario”, el barco que se destacó del resto y el que se llevó casi todos los grandes elogios del certamen. La elección por unanimidad del Jurado fue para el “Buen Ayre”, un hermoso y soberbio crucero Paglietini construido hace 71 años.

Soltando amarras

El sol nos regaló un tibio ocaso en Nordelta y ahí nos dimos cuenta que la fiesta había terminado. Los cabos empezaron a desatarse de las cornamusas y los clásicos emprendieron el derrotero por el Río Luján en búsqueda de sus respectivos amarraderos. Ya todos se habían ido y nuestro espíritu colapso de alegría por el objetivo cumplido, pero a su vez, no quedo un dejo de congoja y nostalgia, porque como muchas veces sucede, lo lindo dura muy poco.

El agradecimiento a todos los que hicieron posible este encuentro y fundamentalmente a todos los participantes que enaltecieron el certamen con sus verdaderas “perlitas del río”.

La flota de los mejores clásicos del país amarraron en el Club de Yates de Naval Motor en Nordelta

Distinciones

Según el jurado …..

Categoría Lanchas

1º “Tricks”, Kennel y Pérez 1971.

2º “Chamuyo”, Raponi.

3º “San Pedro”, Paglietini.

Categoría Veleros / Motoveleros

1º “San Andrés”, Ortholan 1932.

2º “Gringa”, Contesi 1929.

3º “Remanso”, CNSI 1940.

Categoría Cruceros

1º “Saji Saba”, Ortholan/Baader 1939.

2º “Rayo” de 1920.

3º “Araberá VIII”, Ortholan 1957.

Mención especial

Crucero “Atlántida”, embarcación más antigua, 1903.

Consideración especial

Lancha taxi “Cascotito” de 1925, que aún sigue trabajando en el Delta

Jurados

– Ana María Denza, Museo de la Náutica

– Juan Baader, Museo de la Náutica

– Jorge Regnicoli, Museo de la Náutica

– Germán Barbot, Museo de la Náutica

– Juan Taylor, Museo de la Náutica

– Juan Carlos Zamora, Museo de la Náutica

– Gino Gandino, diseñador de embarcaciones

– Pablo “Lobo” Gianelli, regatista, empresario náutico

Parte del jurado integrado por miembros del “Museo Náutico Argentino”

Musica

Toda la jornada estuvo musicalizada por un Cuarteto de Cuerdas del elenco estable del Teatro Colón de Buenos Aires

Cuarteto de Cuerdas del Teatro Colon de Buenos Aires le pusieron música a una jornada inolvidable

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