Es la disciplina que en el pasado verano europeo se ha convertido en el más novedoso de las playas del mundo. Para tener una idea, en 2012 solo había tres sitios en España para alquilar estos equipos y en esta temporada se ofrecieron 50 puntos de alquiler. También se esta practicando en Argentina
El inventor es el francés Franky Zapata. Él fue quien en septiembre de 2011 pensó que podría conectar una tabla de madera como base y una manguera a la parte trasera de su moto de agua y al ver que se propulsaba y conseguía ascender varios metros tuvo el pálpito de que estaba haciendo algo grande. Guardó este prototipo en su garaje hasta noviembre, cuando hizo la patente, y en diciembre de ese año se fue de vacaciones y perfeccionó el sistema.
Colgó un video en Youtube haciendo maniobras y en una semana consiguió cuatro millones de visitas. Se le colapsó el teléfono. Y desde entonces todo ha sido un éxito mundial.
Una de las claves del Flyboard es la facilidad para conseguir la elevación de dos o tres metros desde prácticamente el minuto uno. Según los expertos no es nada complicado aprender la técnica y según la experiencia, el 50 % de las personas que toman clase, logran elevarse en los primeros intentos. El otro 50% le cuesta un poco más, pero luego le va encontrando la vuelta. Solo un porcentaje mínimo, que no llega al 2% se resigna a los intentos y se dedica a tomar solo en playa con una cerveza!.
Luego, la técnica y el tiempo llevan a maniobras realmente impresionantes.
Todo empieza con el “delfín”, la más sencilla de las figuras que se puede hacer en el Flyboard, o la elevación a cuatro metros. Con práctica vienen las diferentes mortales, subir hasta 13 o 14 metros de altura, o el Super Fly Moqueen, que se trata de entrar en el agua, salir y volver a lanzarse al agua.
Y seguramente se preguntarán por el precio. Bueno, es elevado. Para el que quiere hacerse de un equipo en Europa, el valor es de 6000 euros, a lo que hay que sumarle la moto de agua que hace las veces de bomba para impulsar el chorro de agua.
Por este motivo, es que la tendencia mundial es el alquiler y han crecido cuantiosamente los puntos de renta. Unos 30 minutos el valor de alquiler es de 60 euros, esto incluye lógicamente todo lo necesario y un instructor permanentemente dando las indicaciones desde la moto de agua.
Lo cierto es que el FlyBoard vence la gravedad y nos permite de manera casi mágica poder flotar en el aire, entrar al agua y salir hasta casi 15 metros de altura con solo apretar un botón y tener un poco de equilibrio.