Velero Naufragio en Formentera

El hombre lanzó bengalas y saltó al mar antes de que el barco impactara contra las rocas.

 

El velero ‘Yey III’, de unos 10 metros de eslora, naufragó ayer sobre las siete de la mañana en la costa rocosa de es Carnatge, en la vertiente este de Formentera. El único tripulante, un hombre de nacionalidad española y de 42 años de edad, ante la complicada situación de su barco, que había quedado desarbolado, y al ver que el viento le empujaba irremediablemente contra las rocas, decidió lanzar dos bengalas y tirarse al agua para alcanzar la costa, que estaba a pocos metros. Nadando, pudo llegar a tierra y gracias a la intervención de la Guardia Civil de Formentera y de unos trabajadores que se encontraban en una casa cercana al suceso, pudo salir ileso del naufragio.

El tripulante fue trasladado al Hospital de Formentera, donde fue examinado y atendido de una hipotermia. Tras dos horas ingresado, fue dado de alta.

El naufragio

El vecino que dio aviso de la emergencia, Enrique Juan Juan, salía de su casa para ir a trabajar cuando vio las dos bengalas. Su primera reacción fue avisar a la Guardia Civil.«Me acerqué a la costa, vi al hombre que estaba encima del barco, que se movía mucho, y entonces saltó al mar, porque era inminente el impacto contra las rocas».

Este testigo directo relata que enseguida llegó la Guardia Civil y unos trabajadores que estaban en una casa cercana y que también vieron las bengalas: «Entre todos ellos lo han conseguido sacar del agua», precisó Juan. Según su impresión en ese momento el tripulante estaba en estado de shock.

El patrón de la embarcación había salido de Mallorca rumbo a las Pitiusas pero cuando se encontraba navegando entre Ibiza y Formentera, perdió primero la vela y luego el mástil, quedando la embarcación desarbolada, sin gobierno y en una complicada situación. Empujado por el fuerte viento, terminó varado contra la costa.

El rescate tuvo momentos especialmente tensos debido a las malas condiciones del mar durante el amanecer de ayer y a la dificultad del acceso a la costa.

Según añadió el testigo, «el velero ya estaba en una situación muy difícil, muy escorado y con agua dentro. No podía hacer nada, se tiró al mar con ropa reflectante, un flotador y un bichero que sirvió para que le sacaran del agua».

El barco, a primera hora de la mañana, estaba entero. Pero horas después ya solo quedaban de él trozos rotos del casco. La embarcación quedó literalmente destrozada por el envite de las olas y el fuerte viento reinante.

Fuente: Diario de Ibiza

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