Los pasajeros, entre ellos seis menores, vivieron momentos de angustia al partirse el catamarán en dos en plena travesía por la bocana del puerto.
«Estábamos sentados y, de repente, se ha escuchado un ruido muy fuerte, como a un plástico que se rompía. Y hemos visto que el barco se había quebrado en el lado derecho. Después, al ir hundiéndose, nos hemos quedado empinados. Había pasajeros que estaban ya casi tocando el agua. Y había niños. Han tardado pocos minutos en rescatarnos, pero parecían eternos. Hemos pasado mucho miedo». Temblando aún de frío, cubriéndose la espalda con una manta de Cruz Roja y con la angustia y la incredulidad reflejadas en su rostro, María Ángeles Balaguer relataba este domingo con esas palabras a LA VERDAD la dramática experiencia que acababa de vivir en aguas de Cartagena. Junto a otras 32 personas, entre ellas seis menores de edad, esta vecina de la pedanía murciana de Cobatillas tuvo que ser rescatada al hundirse el catamarán turístico en el que realizaba una travesía por la bahía y su entorno.
En el lugar del naufragio, a una milla de distancia de la Algameca, Vicente Isaac, patrón de uno de los cuatro remolcadores de la Autoridad Portuaria movilizados, encontró una situación muy difícil. «No había visto algo así en treinta y tantos años de trabajo», afirmó. Y lo relató así: «El barco estaba escorado y sobresalía la parte de babor. Había varios niños y la gente estaba muy nerviosa. Uno de los pasajeros gritaba: ‘¡Por favor, salvadme la vida!’. Y preguntaba: ¿Dónde están mis hijos? Afortunadamente, en la zona había varias lanchas y barcos pequeños, que seguramente estaban de pesca, y en poco tiempo, entre siete u ocho embarcaciones, hemos podido poner a salvo a todo el mundo y no hay víctimas. La rapidez ha evitado una tragedia».
Fue a las 16.24 horas cuando el Centro de Coordinación de Emergencias de la Región de Murcia, a través del teléfono 112, recibió el aviso de que el catamarán ‘Olé’ se estaba yendo a pique. El barco, que hasta este domingo realizaba ocho paseos diarios de 45 minutos por la dársena interior y por el entorno de la batería de la Podadera desde el Muelle Alfonso XII, llevaba a 33 ocupantes. Era preciso actuar con gran rapidez ante el riesgo de caída al Mediterráneo y ahogamiento.
Abren una investigación
De inmediato, partieron al lugar del siniestro -cuyas causas están siendo investigadas- tres embarcaciones de Salvamento Marítimo (‘Clara Campoamor’, ‘Calíope’ y ‘Mimosa’). El Puerto movilizó a sus remolcadores, con base en Escombreras, y varias lanchas de los prácticos, que sacaron a los críos. Cruz Roja también envió un barco y un helicóptero de Sasemar comprobó si quedaba alguien en el casco del buque o en las inmediaciones.
Catorce viajeros fueron atendidos en el hospital Santa Lucía y se temió que hubiera un desaparecido
Sobre las cinco y media de la tarde, las autoridades confirmaron el rescate de todos los pasajeros. Pero hacia las siete hubo momentos de confusión. Tras el recuento oficial, se temió que un viajero estuviera desaparecido en el mar. Fue una falsa alarma. A esa hora, catorce personas estaban en el hospital Santa Lucía, adonde fueron trasladadas (dos de ellas en ambulancia) con hipotermia y contusiones. Al resto los asistió Cruz Roja en la terminal de cruceros, donde Policía Portuaria, Policía Nacional, Policía Local y Protección Civil montaron un dispositivo de seguridad.