Por Lorena Franceschetti
Con 5 metros de eslora, era una vieja lancha de paseo con motor V8 que se usaba para competencias. El diseño es de “Pagliettini” y se construyó en el Astillero Vignate
Como en muchísimas oportunidades, para este segmento de embarcaciones clásicas, contamos con la invalorable cooperación de nuestros amigos del Museo Náutico Argentino. De tal manera, recibimos el aviso de German Barbot, contándonos que habían detectado esta lancha, la cual había sido restaurada. Inmediatamente, ni lerdos ni perezosos, organizamos las notas para nuestro programa de TV “Paralelo Cero” (jueves 21:30 horas) y la esta publicación.
La jornada elegida fue fantásticas, ya que tuvimos sol pleno, alta temperatura y nada de viento en el Delta.
A la cita acudieron Juan Baader y Germán Barbot (del Museo Náutico Argentino) y Carlo Fioriti, actual propietario de Crazy Bird. Con él, dialogamos sobre algunos aspectos de esta bella lancha de más de 57 años de vida.
PCM: Que nos podes mencionar sobre la historia de Crazy Bird?
CF: Mi familia tenía una parecida o gemela a este diseño y con el tiempo se perdió esa lancha. Yo me dedique buscar junto con Juan Baader, Juan Zamora y con mucha gente una gemela, porque quería tener una para revivir aquellos momentos. En el año 2011 después de una búsqueda importante de 2 años encontramos al propietario porque estaba abandonada. La compre y estuve casi 3 años restaurándola.
PCM: ¿Cómo fue ese proceso?
CF: El proceso fue duro porque desarmamos toda la parte mecánica. Además de reemplazar tapizados, molduras, el doble fondo que estaba entelado. La lancha era un poquito diferente, no tenia los pisos, el asiento de atrás estaba invertido, ósea miraba hacia popa, yo en cambio, lo puse mirando hacia proa como es la original.
PCM: ¿Qué significa para vos esta embarcación?
CF: Para mí es un orgullo tener una lancha de un diseñador como Paglietini y poder recrear con mi familia aquella hermosa época de la náutica.
Le agradezco al Museo Náutico Argentino, en especial a Juan Baader y a Juan Zamora que me permitieron comenzar a caminar este camino tan lindo de la motonáutica. Y hora también a German Barbot que es muy placentero escucharlo hablar de esta actividad, del cual aprendemos mucho
También vengo de familia que es de la motonáutica ya que mi tío, Cacho Criscuolo, fue presidente de la Federación Motonáutica Argentina, y mi padre Julio Fioritti estuvo en la parte técnica y en la parte de Offshore.
Para finalizar, le pedimos a German Barbot una semblanza sobre la época de la motonáutica evocada y a la cual perteneció esta “joya” de madera. También, enumeró la historia de las lanchas similares que se construyeron en aquellos tiempos y que marcaron una época memorable en la actividad.
Historias del Museo Náutico Argentino – Por Germán Barbot
En el año 1954, la clase argentina de lanchas automóviles de paseo, en sus 3 categorías (hasta 105 hp, hasta150 hp y más de 150 hp) fue autorizada por la Federación Motonáutica Argentina, a incorporar el sistema de transmisión con veedrive (caja inversora que permitía colocar el motor contra el espejo de popa, mejorando la distribución de peso en la lancha, aumentando su velocidad final y su velocidad de viraje). A raíz de esta resolución, Oscar Pagliettini, diseñó y construyó, para su primo Héctor Sarthou, una lancha de acuerdo al nuevo reglamento. Colaboraron en la construcción de la “YEYA”, Enrique y Roberto Pagliettini y Alberto Ciappesoni, quienes además, diseñaron y construyeron el veedrive, y en 45 días de intenso trabajo pusieron la embarcación en orden de largada. Fue tan grande el éxito deportivo de la misma, que, con el diseño de Pagliettini, se construyeron (casi todas ellas por el Astillero Vignati) una serie importante de lanchas similares a la “YEYA”. Recordamos entre otras a la “TIZU” de Juan C. Quevedo, la “TOY II” de Miguel Podolsky, la “LAUCHITA” de Guido Luccioni, la “INDIA III” de Armando Cattaneo, la “TIGRESA” de Adolfo Barrera, la “PIGU” de Ricardo Mampell, la “ESPUMA” de Alberto Morosoli, la “ESCORPIO” de Alfredo Mathessius, la “CHUCARA” de Pedro Borello y la “CRAZY BIRD”, esta última de los hermanos Jorge y Carlos Criscuolo, tíos del actual propietario de la misma, Carlos Fioriti.
Entre los años 1955 y 1962, este diseño dominó las carreras de lanchas de turismo de esa época, alternándose en los triunfos, las lanchas diseñadas por Paglietini, con la “PIZPIRETA VI”, de características similares (de terciado marino y motor en popa Ford V8 de válvulas laterales) con diseño de Emilio Regnícoli, construcción de José Luis Raponi y conducción de Alberto Regnícoli. La mayor velocidad, en esta categoría de lanchas automóviles de paseo, la obtuvo la “INDIA III”, en el Km. lanzado de 1961, en la laguna de Chascomús, cuando superó los 100 km/hora. En la historia motonáutica Argentina, la rivalidad deportiva de los Pagliettini y los Regnícoli, como pilotos, constructores o diseñadores, fue la razón que le dio gusto a las competencias de lanchas durante más de cincuenta años.
Ficha técnica
Crazy Bird
Año: 1959
Eslora: 5 metros
Manga: 1,60 metros
Motor: Ford F100 V8
Diseño: Pagliettini
Astillero: Vignate