Afortunadamente para el fabricante de aviones Boeing, el mercado de yates usados está mejor que el de aviones y así ha podido vender con cierta velocidad el yate Daedalus, que era de su propiedad y que se encuentra en el lago Unión, de Seattle, en el estado de Washington.
La venta es un símbolo perfecto de la gravedad de la crisis financiera en la que se encuentra el otrora primer fabricante de aviones del mundo, Boeing. Los 13 millones de dólares, precio de venta, se aplicarán a reducir las pérdidas disparadas que tiene la compañía.
Afortunadamente, ni Airbus, ni Embraer, ni Mitsubishi, ni los chinos se han quedado con la embarcación que se utilizaba para pasear a los directivos de las compañías aéreas que les compraban aviones. Según publica el Puget Sound Business Journal, el yate fue comprado por un promotor inmobiliario de California.
Los vecinos de Vancouver y de Seattle estaba acostumbrados a ver el yate por las aguas cercanas, en las que los directivos de las aerolíneas pasaban su tiempo pescando o haciendo excursiones.
Como todo el mundo sabe, además de vender su yate, Boeing está en vías de despedir 30 mil empleados, para recortar costes y mantenerse competitiva. La compañía americana, como es bien conocido, sufre dos problemas frontales: por un lado, el Covid, en el que no tiene responsabilidad y que ha paralizado las renovaciones de flota de casi todas las aerolíneas del mundo y, segundo y exclusivamente responsabilidad propia, las caídas de los Boeing 737Max en Indonesia y en Etiopía, que dio lugar a la paralización de las operaciones de este modelo, con un freno en seco de las ventas.
Fuente: www.preferente.com