El yate, vinculado al magnate ruso Alexey Mordashov -perteneciente al círculo más cercano de Putin-, está valorado en más de 500 millones de dólares.
Desde que Rusia invadió Ucrania hace más de siete meses, las consecuencias van más allá de lo que sucede en el campo de batalla o en las ciudades ucranianas, y se materializan en sanciones como las que que EEUU y la Unión Europea, España incluida, han impuesto a empresas y oligarcas rusos. Algunos de los empresarios más cercanos a Putin han visto cómo sus compañías y bienes han sido incautados, mientras otros como Alexey Mordashov, el tercer hombre más rico de Rusia, siguen disponiendo de megayates como el Nord, que esta semana ha aparecido misteriosamente en un puerto de Hong Kong.
Tras un viaje de más de una semana desde el puerto de Vladivostok, donde estuvo anclado por última vez, este barco es una de las posesiones más preciadas de Mordashov, el mayor accionista de la siderúrgica Severstal PJSC. El magnate está incluido en la creciente lista de grandes fortunas rusas sancionadas por su connivencia con el presidente ruso, y de ser interceptado por buques europeos, británicos o estadounidenses, su enorme yate de más de 140 metros de eslora debería ser incautado. Un portavoz de su empresa aseguró a Bloomberg que Mordashov se encontraba en Moscú y declinó hacer comentarios sobre los movimientos del yate.
El Nord, según recoge la web de su fabricante, la empresa alemana Lürssen, “se diseñó con una idea en mente: debe provocar emociones fuertes en cada observador, no sólo por su tamaño, sino por el propio diseño”. Y lo consigue gracias a un impactante aspecto tanto exterior como interior, obra del estudio de diseño italiano Nuvolari-Lenard, y un equipamiento que incluye dos helipuertos, una sala de cine y 20 camarotes de lujo.
Un yate ecológico
Los constructores han tardado cuatro años en dar forma a un barco entregado a su dueño en 2021, antes del inicio de las hostilidades en Ucrania. Incluye un sistema de postratamiento de los gases de escape, que combina un silenciador con una reducción catalítica selectiva en la misma carcasa. Así, logra un índice de limpieza de hasta el 97% del nitrógeno que utiliza y una reducción adicional del ruido.
Su proa está inspirada en los portaaviones y cuenta con seis cubiertas, una capacidad suficiente como para albergar a 36 invitados. Construido en acero y aluminio, el superyate tiene 19,5 metros de manga y dispone de centro deportivo y de buceo, ubicados en la cubierta inferior.
También cuenta con una piscina de grandes dimensiones y dos helipuertos, con la peculiaridad de que uno de ellos puede cubrirse por un hangar retráctil. El ingeniero y arquitecto naval Carlo Nuvolari lo describe así: “Es un barco de guerra con esmoquin, un explorador con la elegancia de un yate de caballero”.
Además, las cubiertas inferiores disponen de acceso a una flota de embarcaciones auxiliares, que pueden llegar a los 15 metros de eslora e incluye un minisubmarino y un ROV (sumergible a control remoto), además de motos de agua y otros vehículos acuáticos.
Curiosamente, en su viaje inaugural puso rumbo a Gibraltar y, según los datos de la web marinetraffic.com, dos de sus destinos habituales en España han sido Cartagena (Murcia) y Port d’Andratx (Mallorca).
Yates incautados
Desde que Putin comenzó su guerra en Ucrania en febrero, más de una docena de yates propiedad de oligarcas rusos han sido requisados por distintos gobiernos occidentales los vínculos de los propietarios con el presidente ruso. En total, el valor de los vehículos incautados supera los 2.250 millones de dólares, mientras otros han sido inmovilizados en puertos y astilleros de toda Europa.
Es el caso del yate Axioma, confiscado a un oligarca ruso y subastado en Gibraltar el pasado agosto. La embarcación pertenecía a Dmitry Pumpyansky, magnate de la industria del acero ruso, y fue incautada después de que la firma JP Morgan reclamara que el holding de Pumpyansky debía a dicha entidad más de 20 millones de dólares.
Estados Unidos ha dado un paso más allá y ha creado KleptoCapture, una unidad especial para perseguir los activos de los multimillonarios rusos. A principios de 2022, KleptoCapture participó en la localización e incautación del Amadea, un superyate valorado en más de 325 millones de dólares propiedad del magnate del oro Suleiman Kerimov.
Algunos de los empresarios de confianza de Putin están intentando evitar la captura de sus yates trasladando sus embarcaciones a aguas internacionales o a puertos de Rusia y Turquía, donde no pueden ser sancionados. Queda por ver qué pasará con el Nord. Aunque el gobierno de Hong Kong ha estado aplicando las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, un comunicado de su Departamento de Marina afirma que no tiene “la autoridad legal para tomar medidas sobre las sanciones unilaterales impuestas por otras jurisdicciones”.
Fuente: El Español