El 12 de diciembre de 2006, el Rompehielos Almirante Irízar inició la Campaña Antártica de Verano 2006-2007, que fue la última antes del incendio que lo dejó fuera de servicio durante 10 años.
Casi cuatro meses después, en abril de 2007, luego de reaprovisionar 13 bases antárticas, el buque navegaba de regreso a Buenos Aires, pero cuando se encontraba a 140 millas -260 kilómetros- de Puerto Madryn, se produjo un incendio en la sala de máquinas que se propagó rápidamente a otros sectores, entre ellos el hangar donde se guardaban los dos helicópteros Sea King.
Eran las 22 del 10 de abril de 2007, había 240 personas a bordo -marinos y científicos-, a quienes el capitán de fragata, Guillermo Tarapow, ordenó evacuar porque no había manera de apagar el fuego con los medios disponibles en la embarcación.
A las 6.45 del día siguiente, llegaron a Puerto Madryn, en balsas, los últimos náufragos. No hubo víctimas fatales ni heridos graves.
El buque fue remolcado primero a Puerto Belgrano, próximo a Bahía Blanca, y luego hacia Buenos Aires.
En junio de 2008, el Ministerio de Defensa de la Nación encargó una evaluación de los daños: el 80 por ciento del buque había quedado fuera de servicio pero era “reparable”.
Aunque no tenía deformaciones de casco, en los sistemas eléctricos y mecánicos se habían producido daños severos, la planta propulsora no se podía arreglar y, en total, había que cambiar unas 600 toneladas de acero de la superestructura y las cubiertas.
En 2009, la Armada Argentina firmó el contrato con los Talleres Navales Dársena Norte (Tandanor) para comenzar la reparación y modernización del buque, y los trabajos comenzaron en julio de 2010.
Siete años después, en febrero de 2017, el ARA Almirante Irízar estaba listo para navegar y ese mismo verano realizó una nueva Campaña Antártica de Verano. (Télam)
