Pedro Bizanelli, un histórico carpintero naval hizo 3 lanchas como Miriam, la protagonista de la siguiente nota. Su propietario pasó su vida a bordo: iba a trabajar con ella, se casó en la lancha, gracias a su velocidad le salvó la vida a su mujer y por las vueltas de la vida, la vendió.
Mirian se construyó en la década del ´60, en el pequeño astillero de Pedro Bizzanelli, ubicado en el A° Correntoso, a mano, serrucho y formón, la construcción demoró 4 meses. El casco, de unos 8 metros de eslora y del tipo “Canoa Isleña”, con curvas de algarrobo casco y castilletes en cedro y las bordas en viraró, todo unido con tornillos de bronce.
Se pensó para uso particular, sin cabina y su diseño se basó en unos planos que Giordano había dibujado. Con éstos se construyeron tres canoas en total, dos de este mismo tamaño y una tercera, un poco mas grande, la ya más que famosa Patricia, de Antonio Aulicino.
Volviendo a la canoa de esta historia, fue la segunda construída de esta serie de tres, se la bautizó “Mirian” y se vendió al Sr Mario José Krawiec, sin cabina ni motor, en el valor de $50.
Mario la llevó al taller de Toti Lobotti en dónde se le colocó un motor Chrysler, naftero de 115 hp y se le realizaron los trabajos de mecánica y electricidad, luego se le construyó la cabina y comenzó a navegar para transporte familiar.
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Los colores elegidos para esta bella canoa fueron: toldilla celeste, candeleros bordas y castilletes barnizados, casco verde agua, fondo cobre y línea de flotación color blanca; los interiores combinan el azul traful y las maderas barnizadas.
Mario la navegó como transporte para ir y venir a su trabajo en la isla y fue el transporte de la Sra Norma Resquín, su novia, hasta la iglesia “Nuestra Señora del Rosario” en el Paraná Miní, en donde la esperaba Mario para contraer matrimonio.
Con los años eran ya clásicos los viajes con vecinos a los bailes del club, en el día del isleño y a cuanto evento isleño hubiera. Rescató a los hermanos Camejo, que quedaron aislados por un temporal en Carmelo (Uruguay), “Miriam” cruzó el Río de la Plata con olas de más de un metro y logró rescatarlos.
También llevó a jugadores de los campeonatos de fútbol isleños, enfermos a hospitales y muchos viajes y eventos más.
No todo fue color de rosa en la vida de Miriam, en 1970, saliendo del muelle luego de una fiesta del club de Regatas, con 9 pasajeros a bordo fue embestida por un barco de madera, que le rompió todo un costado y terminó a pique. Los pasajeros fueron rescatados por una lancha “El León” de Sturla. La lancha fue rescatada y llevada hasta el A° Correntoso en dónde los hermanos Pedro y Antonio Bisanelli la repararon.
En 1983, en viaje de regreso del hospital del Paraná Miní , con la familia y María Pikus, una vecina, al llegar a la boca del Canal Arana y Barca Grande embistió un banco de arena, lo que provocó la pérdida del eje y la hélice, el agua comenzó a entrar rápidamente y antes de que se fuera a pique por completo lograron llegar hasta la costa, en medio de gritos de auxilio fueron rescatados y auxiliados por la familia Nissero, vecinos del lugar.
Nuevamente fue reparada por los hermanos Bisanelli. Continuó navegando con la familia, hijos y nietos por las aguas de nuestro querido Delta. En el año 2017 fue vendida a Hernán Pikus, amigo y vecino de los Krawiec, quien la restauró por completo, poniéndole más que nada mucho cariño.
Debido al excelente estado en el que se encuentra la canoa, fue llevada al Salón Náutico 2018, participando como exponente junto a su hermana mayor, la canoa del mismo astillero Patricia, hoy llamada Antonio Aulicino.